Ayer, el alcalde de Samborondón, Juan José Yúnez, remitió un oficio a la ministra de Educación, María Brown, para atrasar el retorno a las clases presenciales. Según indicó el burgomaestre, el pido responde a los resultados de la secuenciación de pruebas PCR.

“Se ha podido determinar que existe un porcentaje de positividad cercano al 65%”, dicta el oficio y añade que a través del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal “hemos estado constantemente disponiendo normativas que ayuden a controlar la propagación del virus”. Además, el alcalde Yúnez señala que pidió a la directora zonal de Educación y exhortó a las instituciones educativas a que el retorno programado a clases sea el 24 de enero de 2022. Esto, según el oficio, para “frenar el contagio generado en las últimas semanas”.

Más temprano, el presidente de la Federación Médica Ecuatoriana, Santiago Carrasco, en rueda de prensa, señaló que “siempre hemos estado advirtiendo lo inoportuno que es convocar a clases presenciales". Además, hizo hincapié en que si bien es cierto que “los escolares son un grupo de menor riesgo, igual se pueden contagiar”. También recordó que no todas las escuelas, “en especial las de barrios urbano marginales y rurales” tienen la infraestructura para mantener las medidas sanitarias.

Por otra parte, la presidenta de la Unión Nacional de Educadores, Isabel Vargas, indicó que “la realidad que viven los docentes es muy diferente”. Asimismo, cuestionó que no hay el presupuesto suficiente para “garantizar que las escuelas sean bioseguras”.