Quinto Puente: las pugnas políticas marginan la obra

El roce por la competencia del llamado Quinto Puente entre el presidente Daniel Noboa y el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, muestra el problema histórico de la obra: los intereses políticos.

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El 22 de noviembre, un día antes del cambio de mando, Guillermo Lasso delegó la competencia al Municipio de Guayaquil. Sin embargo, ya como primer mandatario, Noboa derogó el decreto de la transferencia.

Las pugnas por esta obra, según el analista político César Febres-Cordero, no son nuevas. “La pelea por competencias tiene muchos años. En su momento, fue mencionado por Correa y Nebot”.

Del mismo modo, recuerda que históricamente “hay una gran carga simbólica detrás de las grandes obras de ingeniería civil en el país”, y que estas son perseguidas por las autoridades de turno para intentar dejar dichas obras como su legado.

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Por otro lado, aunque reconoce que este tipo de obras tienen una gran carga política, Darío Herrera, exministro de Obras Públicas, señala que se están dejando otros temas importantes por fuera del análisis.

“Estas obras deberían tener un enfoque netamente financiero”, dice y sostiene que ni el Gobierno central ni los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) tienen recursos para destinarlos a una sola obra de la magnitud del Quinto Puente.

Sin embargo, analiza que al momento de buscar el financiamiento para este tipo de obras, el Gobierno central tiene mayor rango de acción y de endeudamiento con la empresa privada, agentes externos y países amigos, a través de la cooperación internacional.

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De hecho, según dice Herrera, antes de su salida del Ministerio de Obras Públicas se exploró este mecanismo con la Canadian Commercial Corporation (de Canadá), para los estudios de prefactibilidad de la obra. Sin embargo, pese que había un borrador de acuerdo listo, no hubo avances con César Rohon.

Por otra parte, el también exministro de Transporte y Obras Públicas Marcelo Cabrera sostiene que estas pugnas por competencia omiten la necesidad de priorizar a las entidades que sí tienen experiencia en la construcción y manejo de este tipo de infraestructuras como el denominado Quinto Puente.

“Que el ministerio asuma el proyecto garantiza que se maneje técnicamente. Lo político fue entregar a último momento la delegación del Quinto Puente al GAD de Guayaquil, entidad que no está preparada para llevar adelante el proyecto”, afirma, al recordar que la obra tendrá un impacto nacional.

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Herrera además señala que la delegación de la obra tampoco garantiza su ejecución. “Pueden pasar años diciendo que ya lo hacen, se reeligen y no hacen nada”, continúa y, al igual que Cabrera, destaca que, por un tema técnico, ni las prefecturas ni las alcaldías están en la capacidad de asumir la obra.

Febres-Cordero, por su parte, advierte que, como ya ha pasado en pugnas anteriores, la lucha por la competencia de esta obra puede terminar en que no se ejecute, aunque esté en manos del Gobierno central. Por el contrario, considera que la cooperación entre entidades sería un primer paso necesario.

• Álvarez toma distancia de la pugna por el Viaducto Sur

El alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, tomó distancia del roce por la competencia del proyecto del Quinto Puente o Viaducto Sur. Se ratificó en que la planificación de la ciudad no gira en torno a esta obra.

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“Los chuchumecos quieren coger el tema del puente para decir que hay peleas o distanciamiento”, declaró el burgomaestre e hizo hincapié en que el Municipio no se iba a “poner a llorar” por la derogatoria del decreto.

Por otro lado dijo que, a su criterio, la competencia fue correctamente entregada, con los sustentos necesarios y trabajado con anticipación. “El nuevo Gobierno decidió que no tenía que ser así. No nos parece, pero nosotros viramos la página y seguimos”.

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