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El hecho ocurrió en el mismo lugar en el que se dio el femicidio de María Belén BernalARCHIVO/EXPRESO

Prisión para cadete de la Policía acusado de abuso sexual en la Escuela de Pusuquí

En su cuenta de Twitter la Policía informó que de inmediato activó los protocolos para efectuar la investigación administrativa

Nuevamente la Escuela Superior de Policía Alberto Enríquez Gallo se ve inmersa en un escándalo que involucra a uno de sus miembros. En esta ocasión el sospechoso es un cadete a quien se responsabiliza por el presunto delito de abuso sexual.

Las víctimas serían ocho estudiantes de esta entidad policial en donde el 11 de septiembre de 2022 fue asesinada la abogada María Belén Bernal. El autor confeso fue su esposo Germán Cáceres, quien fue juzgado la semana pasada por el posible delito de femicidio.

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La Fiscalía informó en su cuenta de Twitter que formuló cargos para el cadete de nombre Alexander. Indicó que el hecho se habría registrado el sábado 20 de mayo al interior de la Escuela de Policía, ubicada en el sector de Pusuquí, en el norte de Quito. Para el sospechoso se ordenó prisión preventiva y se inició la respectiva instrucción fiscal.

En su cuenta de Twitter la Policía informó que de inmediato activó los protocolos para efectuar la investigación administrativa y disciplinaria y el involucrado fue puesto a órdenes de las autoridades competentes.

"La institución actúa con total transparencia en este hecho y brinda todas las facilidades a los entes de justicia para dar la celeridad a las investigaciones que permitan establecer las respectivas responsabilidades penales", señaló la institución policial.

La Escuela de Policía, al norte de Quito, también estuvo envuelta en uno de los mayores escándalos de violencia machista del país, pues es en el que desapareció y se presume fue asesinada la abogada María Belén Bernal, cuyo marido, Germán Cáceres, es juzgado por el femicidio en un proceso que está cerca de una sentencia.

En ese caso, el cuerpo de Bernal apareció cerca de ese recinto donde su marido ejercía de instructor y quien según las indagaciones ocultó el cadáver, se fugó del país y fue capturado en Colombia.

Ese caso generó conmoción en el país por el hecho de que el crimen tuvo lugar en un recinto policial, por lo que incluso la madre de la víctima, Elizabeth Otavalo, lo ha calificado como un crimen de Estado.