Ayer, los mercados internacionales de petróleo tambalearon. Durante la mañana, el precio del barril de crudo West Texas Intermediate (WTI), que sirve de referencia para calcular el valor del petróleo ecuatoriano, llegó a costar hasta 59,30 dólares.

Con ese bajón, el barril de WTI cumplió ayer 10 días consecutivos de caída en su precio. Según la agencia Reuters, es el récord más largo desde 1984.

¿Cuál es la razón principal? El petróleo alcanzó su punto máximo a principios del mes pasado, hasta 76 dólares el barril, por la preocupación de que las sanciones de Estados Unidos a Irán, vigentes desde esta semana, agotarían los inventarios mundiales de crudo y traerían escasez.

Sin embargo, otros grandes productores han compensado en gran magnitud los barriles iraníes perdidos. EE. UU., Rusia y Arabia Saudita están bombeando en niveles récord, produciendo más de 33 millones de barriles por día (bpd), un tercio del oro negro del mundo. Una mayor producción hace que el precio se reduzca.

El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) elaboró la proforma 2019, que actualmente está en manos de la Comisión de Desarrollo Económico de la Asamblea para su discusión, con un precio de barril de petróleo de 58,29 dólares.

En el escenario actual, ¿es el precio adecuado para 2019? El MEF es optimista. La cartera de Estado aseguró a EXPRESO que si bien en las últimas semanas los precios han disminuido, las expectativas de un mayor precio para 2019 se mantienen en los mercados internacionales. “Por tanto, no vemos problema en lograr el precio establecido en la proforma (2019)”.

Para René Ortiz, exsecretario de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el precio del crudo en la proforma es “una ilusión” y debe revisarse tomando como referencia un barril de entre 50 y 55 dólares en 2019.

Mientras que Fausto Ortiz, exministro de Economía, dice que aún es muy pronto para establecer que la caída en los precios del petróleo se mantendrá igual el próximo año. En caso de que dicho valor baje, no solo se verían afectados los ingresos, sino también los gastos en subsidios, debido a que los precios de los combustibles también caerían.