Los pasos a desnivel dejan espacios que nadie aprovecha

Los espacios debajo de los puentes, donde hoy reina la inseguridad e insalubridad, pueden recuperarse para múltiples actividades.

La propuesta nace de los urbanistas y luego de que EXPRESO publicara una nota donde evidenció que tanto los recicladores como los antisociales y los consumidores de drogas se refugian en una especie de cuevas que construyen precisamente en las paredes de las rampas extremas de los viaductos.

Para el arquitecto Johnny Cóndor, estos lugares -tal como pasa en algunos países- deben convertirse en sitios de múltiples posibilidades de utilización. Hay que convertirlos en puntos de encuentro y servicio para los habitantes y peatones, sentencia.

Cóndor cita como ejemplo la instalación de módulos en la parte baja de los pasos elevados de las calles Eloy Alfaro y Chile, en la Bahía, lo que ha permitido que sea uno de los sectores de mayor movimiento comercial de Guayaquil.

Cree que es un error colocar rejas para limitar el acceso a los peatones, como ocurre en la conexión del Policentro y San Marino. Allí hay una jardinera cerrada con rejas que fue convertida en botadero.

“Una habilitación organizada de esos espacios generará resultados positivos, como la creación de fuentes de trabajo y seguridad. Esos cambios funcionan”, opina.

La posición del experto se refuerza con la versión de Wilfrido Matamoros, quien preside la Fundación Guayaquil Siglo XXI, a cargo de la regeneración urbana de la ciudad.

El funcionario afirma que no se han registrado daños estructurales en los viaductos, sino de paredes; en esa situación están los puentes de la vía a Daule, las avenidas 25 de Julio y Raúl Clemente Huerta (Las Esclusas), la Perimetral y la Casuarina, y en los de la Francisco de Orellana.

El arquitecto Ricardo Pozo, quien espera que esa restauración pueda darse pronto, considera que los amplios espacios de la parte baja de los viaductos permiten desarrollar una gama de actividades.

Sostiene que debe tomarse como ejemplo la utilidad que se dan en los pasos a desnivel en países como Colombia y Argentina. “Por ejemplo, en Medellín y Bogotá se utilizan para actividades deportivas, áreas de integración y sitios para interacción”, añade.

Uno de los inconvenientes que observa el docente de la Universidad Católica para ofrecer utilidad a los espacios es que por lo regular los viaductos están ubicados en vías rápidas, por lo que considera necesario la construcción de pasos peatonales elevados.

Los sitios acondicionados en los bajos de los puentes de las calles Chile y Eloy Alfaro es para Pozo un ejemplo de que no debe tomarse como negativo la aglomeración de personas.

“Que haya gente circulando es importante para que se activen esos espacios. Lo difícil es establecer actividades y organizar al público para que cuide la obra”, remarca.

Señala que dependiendo del entorno se puede determinar las actividades que en ellos se realizarían, previo a un estudio sobre las necesidades de la comunidad, la intensidad del tráfico y la permanencia de los transeúntes.

Toma como referencia la zona bancaria, que a su criterio necesita de espacios de recreación y descanso, en la que se incluyan en lo posible los elementos naturales.

Cóndor y Pozo resaltan ciertas mejoras en algunos, como la colocación de murales, pero el inconveniente es que solo pueden observarse desde los vehículos.

Ante ello, Luis Enrique Moral, director municipal de Obras Públicas (e), afirma que trabajan en un plan de mantenimiento que busca reconformar la parte inferior de los pasos para generar plazas, espacios de parqueos y promover el comercio.

“Para estos trabajos de readecuación, se quiere hacer un plan por etapas”, comenta, tras anunciar que los nuevos pasos, del que no adelantó fecha para iniciar las adecuaciones o estudios, serán construidos con el criterio de uso múltiple.

Las propuestas de los expertos las comparten los 120 pequeños comerciantes asentados en el kilómetro 11,5 de la vía a Daule. Coinciden en que la remodelación de la parte inferior del paso a desnivel de este sector, conocido como Pecas, es de poca utilidad para la comunidad, por la inseguridad.

“El sitio es usado como dormitorio, motel y baño público; incluso para robar a los transeúntes”, comenta Miriam de Guzmán, quien desde hace 12 años atiende un puesto de artículos de cuero.

El detalle

Naturaleza. La siembra de árboles en la división de los puentes no es descabellado para los urbanistas. Consideran que dará vida al lugar y genera sombra.

Alternativas que están a la mano

1. Propuesta. El urbanista Johnny Cóndor considera que los amplios espacios de los viaductos facilitan la ejecución de obras que pueden ser aprovechadas por la ciudadanía, al tiempo que generarían fuentes de trabajo y se convertirían en zonas seguras.

2. Ejemplo. La parte baja del puente de la calle Chile está en remodelación. El sitio es ocupado por 40 comerciantes minoristas. Los trabajos, que incluye el soterramiento de cables, finalizarán esta semana.

Otros ejemplos

México

Nueve puentes de Ciudad de México fueron escogidos como lugares de esparcimiento seguro para peatones y fomente la convivencia social.

Argentina

En el Bajo Autopista de Carrillo, Buenos Aires, se haya el polideportivo a cielo abierto. El sitio es frecuentado por niños y adultos que disfrutan del fútbol, voley y bailoterapia.

Voces

Pilar Paz

Comerciante de la calle Chile

Los espacios bajo los puentes se convierten en una opción para muchos comerciantes que buscan regularse. En mi caso, me ha permitido llevar el sustento a mi familia.

Elías Moreira Transeúnte

Además de una mala imagen, varios puentes evidencian inseguridad, aparte de los malos olores. Confiamos que el Municipio buscará mecanismos para recuperar esos espacios.