Paco Moncayo y Wagner Bravo son las nuevas fichas del Gobierno del presidente Guillermo Lasso . Wagner Bravo seré el reemplazo de Diego Ordoñez, que, por ocho meses ocupó la Secretaría Nacional de Seguridad Pública y del Estado, y que renunció tras la masacre en el puerto pesquero de Esmeraldas el pasado 12 de abril, donde nueve personas fueron asesinadas. 

Nació en Ambato, realizó sus estudios en Quito. Y en 1971 comenzó su carrera en el Ejército, en la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro.

Bravo fue jefe de Estado Mayor del Ejército y vocal del Consejo Directivo del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa). Además fue combatiente del Cenepa (1995). Estuvo en la brigada de Fuerzas Especiales.

Y como Consejero de Gobierno en materia de Seguridad Nacional, posesionará al General (retirado) Paco Moncayo.

Paco Rosendo Moncayo Gallegos, nació en Quito en 1940. Estudió en el Instituto Nacional Mejía, es ex militar del Ejercito, fue también exalcalde de Quito durante dos periodos consecutivos (2000- 2004 y 2004- 2009), asambleísta por Pichincha y candidato presidencial en el 2016.

Dentro del Ejercito es reconocida su labor como Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (1996 - 1998 ) durante la Guerra del Cenepa en 1995 y participó en el conflicto de Paquisha en 1981. Es miembro del Partido Izquierda Democrática desde el 2015. Posee conocimientos en defensa e historia regional.

Ambos estrategas militares y expertos en temas de Seguridad, también combatieron en el último conflicto limítrofe con el Perú.

Sobre Seguridad, Bravo manifestaba a este medio que al crimen organizado se lo debería combatir el rigor de la ley. Y para ello es necesaria una política clara desde el Estado.

Por su parte Paco Moncayo en una entrevista publicada el pasado 9 de abril del 2023 a Diario Extra le dijo que el decreto para regular el porte y tenencia de armas no cambiará la situación de inseguridad del país. "Puede ser un paliativo", precisó al rotativo. 

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Ninguno de los nuevos funcionarios está de acuerdo en usar la fuerza como única salida al problema de seguridad, por el contrario, cada uno cree que a través de la norma y con las estrategias adecuadas se podrá combatir la escalada de violencia en el Ecuador.