La paralización en la provincia de Carchi, que este miércoles 25 de septiembre cumplió su segundo día, se radicalizó tras las declaraciones que la ministra de Gobierno, María Paula Romo, dio a Radio Sonorama. La funcionaria indicó que los pedidos de la Asamblea Provincial Ciudadana están fuera de las posibilidades reales y serían pretextos que impiden que los carchenses produzcan, trabajen y se movilicen.

El prefecto, Guillermo Herrera, quien lideró la movilización, señaló que durante dos años y medio se han entablado diálogos y que se ha presentado, desde los diferentes sectores, propuestas para establecer una política pública de atención a las fronteras. Según el funcionario, la atención del Gobierno actual y del anterior, para solucionar la crisis del sector productivo y comercial, ha sido prácticamente nula.

La medida de hecho continuó y los alcaldes de los cantones de Mira, Espejo, Bolívar, Huaca, Montúfar y Tulcán se mantuvieron firmes en la decisión; también los gremios de transporte y representantes de la sociedad civil. “El pueblo del Carchi no quiere burlas: quiere hechos”, dijo el prefecto, quien solicitó la presencia del segundo mandatario, Otto Sonnenholzner, para iniciar los diálogos.

Horas antes, la ministra Romo se refirió a los pedidos como “totalmente ajenos a la realidad, a las posibilidades”. Asimismo, la titular del Ministerio de Gobierno agregó: “Algunos sectores insisten en que la provincia de Carchi tenga un IVA diferenciado. Esto es algo que no existe en el ordenamiento jurídico del país”.

Por su parte, Herrera comentó que la población se cansó de las mesas de reunión. “La señora ministra Romo tenía duda de la unidad del pueblo del Carchi. Esta es la respuesta de los carchenses. Y así nos vamos a mantener hasta que el Gobierno lo decida”, advirtió.

Wilson Erazo, representante de la Cooperativa de Taxis ‘Los Pupos’, anunció que la medida tenía carácter de indefinido y que las unidades amarillas amanecieron apostadas en el sector del Barrial, al que llegaron ciudadanos para entregarles agua y sánduches para apoyarlos.

Cristian Benavides, alcalde de Tulcán, dijo que esperaban que en el transcurso del día se inicie el diálogo; mientras que decenas de manifestantes pedían a propietarios de negocios en el centro de la urbe que se unan a la medida y cierren las puertas. Policías, en cambio, custodiaban los exteriores de la Gobernación, donde los protestantes exigían salida del gobernador Edin Moreno.