
Las palomas ponen en riesgo a las iguanas del Seminario
El presidente de la Asociación de Guías del Guayas, es quien lanza una alerta: muy pronto el parque de las iguanas podría quedarse sin estos reptiles verdes y escamosos.
Si alguien busca un termómetro que le tome el pulso al turismo en la ciudad, ese es el parque Seminario. Cada grupo de extranjero y turista nacional se siente obligado a visitar este lugar y tomarse fotos junto al grupo de reptiles que lo habitan.
Es tanto como llegar a París y posar con la torre Eiffel. No es fácil explicarse a la capital francesa sin ese monumento arquitectónico. Víctor Riera, un guía turístico que lleva 27 años trasladando viajeros por los atractivos urbanos, tampoco entiende a Guayaquil sin esas iguanas.
Precisamente este guayaquileño, presidente de la Asociación de Guías del Guayas, es quien lanza una alerta: muy pronto el parque de las iguanas podría quedarse sin estos reptiles verdes y escamosos.
“Existe una proliferación de palomas en el parque que ha ido afectado la salud de las iguanas y ha mermado en los últimos años su población”, dice Riera, quien cree que no se le está prestando la debida atención a lo que considera uno de los mayores íconos turísticos de la ciudad. “Si no se hace algo, en lugar de llamarlo parque de las iguanas se lo conocerá como el de las palomas.
Habrá que ver si los turistas seguirán buscando el lugar”, se cuestiona.
EXPRESO recorrió la mañana de ayer este recinto ajardinado junto con un biólogo y un excatedrático de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Guayaquil. Ambos coinciden que existe un riesgo evidente en la convivencia de palomas con iguanas.
“Lo primero que hay que recalcar es la competencia por la alimentación”, dice Walter Guillén, un biólogo especializado en fauna urbana y quien laboró para el Ministerio del Ambiente y la Dirección de Gestión Ambiental de la Prefectura.
“Esto se evidencia en el peso de las iguanas. La mayoría está raquítica”, agrega Guillén.
Por su parte, Antonio Freire Lascano, asegura que todo el suelo del parque Seminario y parte de las rejas y varios árboles, aparecen pintados de un gris plomizo. “Son las heces de estas aves. Estas son densamente pobladas de bacterias que provocan salmonelosis y escherichia coli, que generan cuadros de intoxicación”, recalca.
En una publicación de Diario EXTRA de agosto del 2015, se menciona que en ese momento la población de iguanas era de 575 ejemplares.
Una comunicación entregada a EXPRESO por la Dirección de Áreas Verdes del Municipio local, asegura que existen 350.
No se ha cuantificado el número de palomas que existen en el lugar, pero comparada con el total de iguanas, estás son superadas largamente.
Las palomas, a las que los especialistas consideran una plaga más peligrosa que las ratas, capaces de transmitir más de 40 enfermedades, no solo le pelean la comida a las iguanas, también las ramas de los árboles, donde estos reptiles de sangre fría toman sol, como un factor importante del procesamiento de los nutrientes esenciales de su dieta vegetariana.
También es necesario evaluar la comida. “Se ve que lo que más le dan son lechugas. Esto no es alimento para ellas”, dice Freire.
“Es urgente evaluar las condiciones de las iguanas y controlar la población de palomas”, recomendó Freire, de lo contrario, más temprano que tarde, dice Guillén, el conocido parque de las iguanas recuperará su nombre original -Parque Seminario-, pero la ciudad habrá perdido su epicentro turístico.
La solución
¿Control o exterminio?
Tanto Antonio Freire como Walter Guillén aseguran que existe la necesidad de ejecutar un control sobre la población de palomas. Ambos mencionan que hay diferentes técnicas. Sobre esto, Estefanía Pareja, de Rescate Animal, considera que debe buscarse soluciones éticas. Habla de ahuyentarlas como se hizo con las aves en el río Guayas que afectaban la aeronavegación.