Las prácticas ancestrales aún se conservan en la parroquia rural de Oyacachi, que pertenece a la provincia de Napo. Aunque de manera eventual, todavía en las aproximadamente 800 familias se hacen intercambios (trueques) de granos con cucharas gigantes de madera y bateas.

Esta no es una parroquia agrícola. Sus principales fuentes de ingresos son el turismo comunitario y la ganadería. Hay pocos productos que se cultivan, como por ejemplo los granos, esos ya entran en el proceso de intercambio, asegura Germán Aigaje, presidente de la parroquia.

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La historia de Oyacachi se remonta desde antes de la conquista. Los primeros pobladores fueron de la cultura Cosanga, quienes estuvieron por el año 1.600 antes de la era cristiana. En ese entonces ya elaboraban artesanías.

Los cosangas habitaron entre los límites de la Sierra y la Amazonía. Realizaban ritos especiales a la hora de diseñar las artesanías y la siembra, conocimientos y actividades que se han transmitido de generación en generación.

Desde hace 500 años que llegaron los cayambis han continuado con las artesanías de madera. Sus primeros pobladores han llevado a cabo transacciones comerciales mediante el trueque, asegura Micael Parión, dirigente de la comunidad.

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Los hombres y mujeres desde la antigüedad elaboraban bateas de madera de todo tamaño y cucharas. Los intercambios los hacían de manera equitativa. Los granos medían el precio. Debían llenar la batea con los productos que se intercambiaban. 

El trueque se efectuaba entre junio, julio y agosto, que es la época de la cosecha de los granos tiernos, precisó Parión. Los habitantes lograban hacer trueques de 10 o hasta 20 quintales de productos agrícolas, con los que se abastecían durante todo el año. Ellos entregaban la misma cantidad de sus artesanías. 

Esta modalidad de realizar las transacciones se mantiene entre las comunidades cercanas, cuentan sus habitantes. Las artesanías que no se utilizan para el intercambio comercial se venden en el almacén comunitario. Yaneth Parión, encargada del Centro Artesanal, señaló que hay adornos y utensilios de cocina que trabajan en sus casas y entregan en el centro

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