Nuevos robos: los ciberdelitos

La revolución tecnológica e informática ha producido profundas mutaciones económicas, sociales, ideológicas y culturales. Las relaciones sociales han sido redefinidas. Hoy las formas virtuales han reestructurado los modos de ser y hacer de las personas.

Las sociedades experimentan logros y obtienen beneficios del mundo tecnológico y de la realidad virtual. La comunicación intersubjetiva e interinstitucional no solo es más rápida sino cada vez más eficaz y eficiente. El ordenador, como dicen los sociólogos, reordenó la vida de las colectividades. Trajo grandes resultados y conquistas pero asimismo, con la mutación tecnológica llegaron nuevas formas de asedio y ataque a personas, instituciones, a la economía y a los negocios. Incluso los vínculos humanos están frente a los llamados peligros del ciberdelito. En efecto, cualquier sociedad y ciudadano del mundo actual puede ser víctima de los robos realizados por delincuentes informáticos. Por eso los norteamericanos, que fueron los precursores en implementar sanciones para los ciberdelincuentes, crearon legislación específica en 1983 y condenaron el primer delito de este orden en ese mismo año. En el país, los ciberdelitos de mayor frecuencia son suplantaciones de identidades, robos, falsificaciones, clonaciones de tarjeta de crédito, fraudes, etc. que ya llegan a 500 en lo que va del año. En el 2015 fueron 635. Más del 50 % es a dispositivos laborales y móviles; 30 % a correos electrónicos para obtener información privada, y el típico “hackeo” que lo realizan piratas informáticos con estos mismos fines, que luego usan para obtener beneficios económicos. El COIP desde el 2014 ya contempla este delito, al cual define como “la revelación ilegal de base de datos, la interceptación ilegal de datos, la transferencia electrónica de dinero obtenido de forma ilegal, el ataque a la integridad de sistemas informáticos y los accesos no consentidos a un sistema telemático o de telecomunicaciones, la pornografía infantil, el acoso sexual”.

Ciudadanos, empresas e instituciones saben que están frente a nuevos tipos de robos. Por eso es bueno aprender a protegerse, no descuidar la vigilancia y denunciar cuando se es víctima de los ciberdelincuentes. La recomendación es redoblar el cuidado en el uso de medios informáticos en las relaciones comunicacionales.