Las nuevas penas en el COIP

N o hay peor ciego que el que no quiere ver, reza un viejo adagio y es lo que está solicitando el defensor público, Ernesto Pazmiño, en lo referente a las penas impuestas en el nuevo Código Penal, con el que se han llenado las cárceles del país, que se encuentran abarrotadas con personas humildes que por la falta de fuentes de trabajo se han visto obligados a delinquir; en tanto que los pocos delincuentes de cuello blanco están gozando de la benigna ley. Ahora tiene la Asamblea un tema que debe ser tratado con la ética, sin estar renegando el pedido justo que plantea el defensor público y la responsabilidad que debería caracterizar a este Gobierno, a fin de reformar el sistema judicial vigente.

Ángel Verdezoto Pazos