La noria estará completamente armada en una semana. Después del arribo de las 36 cabinas que la conforman, habrá siete días de plazo para su instalación y, posterior a eso, una prueba técnica.

La Perla, encendida desde el mes pasado, pero sin apertura al público hasta octubre, cuenta con cabinas construidas con acero tubular, con un revestimiento de plástico reforzado en la capa exterior.

En los asientos, que se asemejan a los de un bus, no hay cinturones de seguridad. No será necesario, la velocidad a la que se mueve el atractivo (una vuelta cada diez minutos) garantiza la integridad de los seis pasajeros que entran en cada cámara. Así lo aseguró a EXPRESO el director de la obra, Guillermo Suaya, la tarde de ayer, cuando ya se podían ver tres cabinas en la gran rueda turística que adorna el malecón Simón Bolívar a la altura de la calle Loja.

Cada cápsula contará con acondicionador de aire, wifi, música ambiental, pantalla de video y conexión radiofónica, por si algún pasajero desee hablar con la base de control.

El proceso de pruebas que se iniciará cuando las cabinas estén en su lugar consistirá en ratificar su capacidad de soporte. “Se colocarán seis sacos de arena, de 60 kilos cada uno, en las 36 cabinas, y se verificará que la noria funcione correctamente con el peso de todas llenas”.

No hay peligro, insiste Suaya, una vez cerradas, las puertas herméticas de las cámaras, que se aseguran automáticamente, no podrán abrirse desde adentro.