Un imán de electores. La campaña política culminó y si algo dejó bien visto es que, a la hora de promocionar a los candidatos y sus propuestas de trabajo, apelar a la figura del líder del partido político es una estrategia que, a más de darle identidad a la campaña, puede arrastrar votos. Ya sea por la trayectoria política o por lo que representan para la sociedad.

Es el caso de la Revolución Ciudadana y el Partido Social Cristiano, que optaron por sus máximos líderes, el expresidente de la república, Rafael Correa y por el exalcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, para consolidar y cerrar con broche de oro la campaña electoral. La participación de ambos actores, ya sea en publicidad y recorridos, es para el estratega político Jorge León el resultado de la carencia de nuevos líderes políticos y por el alto reconocimiento que gozan de cierto grupo de la población. “Estos personajes aún están vigentes por varias aristas. La primera, porque el país carece de nuevos liderazgos; ya que las organizaciones no se dedican a formar nuevos perfiles. Entonces, utilizan la imagen de ese líder que se ha convertido en un símbolo por el conocimiento y el alto reconocimiento positivo que tienen ante el votante”.

Muestra de ello, el cierre de campaña de la Revolución Ciudadana que contó con la participación, vía telemática, del expresidente Rafael Correa. Para León, es el claro ejemplo de la participación de este símbolo político que, “basta con que se lo coloque al lado de cualquier candidato para salir del anonimato y ser identificado por el electorado como el de Correa”.

Asimismo, la participación del exalcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, en los recorridos y cierres de campaña de los candidatos del Partido Social Cristiano. Su presencia es, para el analista político Giuseppe Cabrera, la cuota que valida y catapulta a los candidatos que promueven. En el caso de Jaime Nebot, dice el analista, lo que mueve al electorado no es el partido ni sus propuestas, sino a esta figura política que se convierte en un caudillo que representa un modelo de administración al que la población ya está acostumbrada.

“Importa poco la ideología política a la hora de votar. Lo que el electorado está viendo es un referente; el líder que es visto por la gente como la solución a sus problemas. La palabra Correa o Nebot para la gente, que aún cree en ellos, significa la esperanza de solucionar eso que le aqueja”, argumentó Cabrera.

Para León, esto no se replica en otras organizaciones políticas por la baja aceptación que tienen, según las encuestas, de la población. “No vemos a un Guillermo Lasso en campaña con sus candidatos por la poca popularidad que tiene, ni tampoco a un Abdalá Bucaram. Es evidente que, hoy por hoy, los líderes que acobijan a candidatos y logran promoverlos ante el electorado son Nebot y Correa”.