Un sismo de magnitud 6,6 en la escala de Richter sacudió la zona central y norte de Chile, el 6 de septiembre, sin reportarse víctimas ni daños materiales graves hasta el momento. El epicentro se localizó cerca de Tongoy, generando preocupación y dejando a 80.000 personas sin luz en la región de Coquimbo debido a los fuertes temblores.

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El Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile informó que el sismo, con un hipocentro a 45 kilómetros de profundidad, se sintió desde la región de Atacama al norte hasta la Metropolitana, donde se encuentra la capital, Santiago. Aunque no causó daños significativos, recordó la frecuencia de los terremotos en la zona, con alrededor de 100 sismos de gran potencia registrados desde 1570, 30 de los cuales superaron la magnitud 8 en la escala de Richter.

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A pesar de la ubicación costera del epicentro, no se generaron condiciones para un tsunami, según el Servicio Nacional de Prevención y Respuestas ante Desastres (Senapred). El sismo también se sintió en provincias argentinas como San Juan y Mendoza, aunque con menor intensidad.

Lo más llamativo del evento sísmico fue la reacción de las aves, que comenzaron a huir incluso antes de que se sintiera el temblor. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), las aves pueden detectar terremotos gracias a sus sentidos agudizados, captando las ondas sísmicas segundos antes de que lleguen a la superficie, lo que a menudo se refleja en su comportamiento agitado durante estos eventos.

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