El monarca Juan Carlos I, rey emérito de España, comunicó a su hijo, el rey Felipe VI, que ha tomado la decisión de abandonar el país ibérico, según ha informado este lunes la Casa Real en un comunicado.

Juan Carlos ha comunicado esta decisión a Felipe en una carta en la que le expone su "meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España". Una decisión que toma "con profundo sentimiento, pero con gran serenidad", afirma. También recuerda que "siempre ha querido lo mejor para España y para la Corona". Ante la decisión adoptada por Juan Carlos, el rey ha transmitido a su padre «su sentido respeto y agradecimiento».

El monarca ha tomado esta decisión después de varios meses de presiones por parte del Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para que dejara de vivir en la residencia oficial. El Ejecutivo empezó con estas presiones tras la publicación de varias informaciones, según las cuales, Juan Carlos habría recibido una donación en 2008 de 65 millones de euros (76 millones de dólares) procedentes del rey de Arabia Saudí, que luego él regaló Corinna Larsen -una empresaria alemana a la que los medios españoles la han vinculado íntimamente con el rey emérito- y había tenido cuentas en el extranjero que presuntamente no habría declarado a Hacienda.

En cuanto se conocieron estas informaciones, el actual rey, Felipe, adoptó el pasado 15 de marzo una serie de medidas. Entre otras decisiones, el monarca retiró a su padre la asignación anual de los Presupuestos Generales de la Casa del Rey y compareció ante notario para expresar su renuncia a la herencia de fondos que no fueran transparentes. Además, Juan Carlos había abandonado un año antes, en junio de 2019, toda actividad pública.

Sin embargo, hace un mes fuentes del Gobierno empezaron a pedir al rey, a través de filtraciones a la prensa, nuevas medidas para alejar aún más a Juan Carlos. Entre estas, se pedía que Juan Carlos abandonara el Palacio de La Zarzuela y que se le retirara el título de Rey.

Ante esta situación, ha sido Juan Carlos quien ha tomado voluntariamente la decisión no solo de abandonar el Palacio de La Zarzuela, donde ha vivido desde 1962, sino también España.