Una niña de 4 años falleció dos semanas después de estar conectada a un respirador tras ser diagnosticada tardíamente con coronavirus, convirtiéndose en la víctima más joven del estado de Michigan, Estados Unidos. La muerte de la pequeña Skylar Herbert conmocionó a las autoridades de la ciudad de Detroit, al considerado su prematura partida como una tragedia.

Hace aproximadamente un mes, la niña se quejó por primera vez de un fuerte dolor de cabeza. Al ver que nada la aliviaba, sus padres, los paramédicos Ebbie y LaVondria Herbert, la llevaron al doctor el 23 de marzo, sin que hasta esa fecha presentara ningún otro síntoma que les hiciera pensar que su hija padecía COVID-19.

Tras realizarle varias pruebas, el diagnóstico confirmó que Skylar tenía faringitis estreptocócica, una infección bacteriana que produce dolor de garganta, y en algunos enfermos puede provocar jaquecas, vómitos o fiebre. Luego de suministrarle antibióticos la envió a la casa.

Sin embargo, con el transcurso de la horas la niña se agravó. “Estuvo toda la noche llorando y diciendo que el dolor de cabeza no se iba”, contó LaVondria Herbert, de 46 años, al diario Detroit News. Volvieron a llamar al doctor y les indicó que la medicación tardaba 48 horas en hacer efecto, pero como estaba llorando tanto, le pidió a su esposo llevarla a emergencias.

Sin perder más tiempo, la pareja trasladó a su hija al hospital Beaumont Royal Oak, donde le realizaron la prueba del COVID-19. El resultado dio positivo, no obstante, los médicos consideraron que el dolor de cabeza y de garganta eran efectos secundarios de la enfermedad. Un día después, recibió el alta, pero a las pocas horas regresaron a emergencia.

La mujer notó que su esposo estaba tosiendo y le costaba respirar. "Skylar y yo esperamos en el auto, pero de repente, volvió a quejarse de que le dolía la cabeza y vomitó", contó la madre de la menor quien empezó a temblar. LaVondria la cubrió con una manta y comprobó que le había subido la fiebre, fue entonces cuando la pequeña comenzó a convulsionar.

De inmediato, la menor fue trasladada a la Unidad de Cuidados Intensivos pediátricos del hospital. Allí, los médicos descubrieron que padecía meningitis, una enfermedad que afecta al sistema nervioso al inflamar el tejido que rodea al cerebro y la médula espinal. A pesar de los esfuerzos, los doctores no pudieron hacer nada por salvar su vida. Después de pasar dos semanas conectada a un respirador, Skylar falleció este domingo. La causa de su muerte ha asombrado a los galenos ya que no han podido confirmar que la meningoencefalitis sea una complicación del COVID-19.

Según las cifras del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Michigan, la pequeña es hasta el momento la víctima mortal más joven del COVID-19 en el estado, donde ya suman 31.348 casos confirmados y 2.389 muertes.