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Li Wenliang
WUHAN. Miembros del personal médico del Hospital Central de esta ciudad, epicentro del coronavirus, han levantado un homenaje póstumo en la memoria de Li Wenliang.AFP

Coronavirus: ¿Quién era Li Wenliang, el médico al que Pekín quiso silenciar?

La muerte de este joven médico desencadenó un aluvión de críticas en las redes sociales. China ha iniciado una investigación.

Las críticas por el manejo de la crisis del coronavirus y la censura habitual a la que las autoridades someten el flujo de información han cristalizado esta madrugada en una sola persona, ya fallecida: el doctor Li Wenliang.

Con su muerte, Li —oftalmólogo, 33 años— se convirtió en el rostro visible de las peores carencias de un régimen que se encargó de reprenderle por difundir rumores cuando el médico alertó de un posible nuevo tipo de neumonía en diciembre.

La Oficina de Seguridad Pública de Wuhan, epicentro del brote de coronavirus y ciudad en la que Li ejercía como médico, emitió un documento a fecha 3 de enero -compartido en las redes sociales- en el que se le acusa de haber llevado a cabo "una conducta que ha alterado gravemente el orden" y de "haber excedido las leyes" chinas.

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La prensa estatal informó ese mismo día de que la Policía de Wuhan había detenido a ocho individuos por esta supuesta difusión de falsedades.

Esa "alteración del orden" se había producido cuatro días antes, el 30 de diciembre: Li había compartido por internet con otros compañeros información relativa a una nueva neumonía que había detectado en varios pacientes y cuyos síntomas le recordaban al Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS, en su acrónimo inglés), que en 2003 causó 774 muertos, la mayoría en China.

El contagio con un mal desconocido

Li Wenliang
WUHAN. Dos momentos en la vida de este médico chino. Antes de ser contagiado por el coronvirus y cuando ya tenía la enfermedad.AFP

Contra esa nueva enfermedad luchó en el Hospital Central de Wuhan, y fue por su desempeño como médico que contrajo el coronavirus.

A través de su cuenta de Weibo -el equivalente chino a la red social Twitter-, Li contó que el 10 de enero empezó a padecer algunos de los síntomas, que se fueron acentuando con el paso de los días, hasta que el pasado día 30 se le diagnosticó la enfermedad.

Esta madrugada, a las 02:58 del jueves, esa enfermedad de la que Li pretendía prevenir le ha quitado la vida, mártir de un manejo de la epidemia que ha desencadenado incontables críticas en China.

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"Tras aplicarle tratamiento de urgencia, Li Wenliang falleció", informaba hoy el Hospital Central de Wuhan en su cuenta de Weibo.

Las fotos que hoy inundan el internet chino muestran a un hombre moreno, de pelo corto, a veces con gafas, a veces con mascarilla. Incluso en una aparece entubado en la cama del hospital.

También se ha compartido una imagen suya de niño: en blanco y negro, se le ve con sonrisa contenida, unas cejas apenas pobladas que mantendría también de adulto y mofletes generosos. Li estaba casado y tenía un hijo de cinco años.

La primera víctima con rostro

Se trata de la primera víctima del coronavirus con nombre, apellido y rostro que ha dado la vuelta al mundo de entre las al menos 636 que se han producido en la China continental hasta ahora.

En las redes se le atribuye una frase lapidaria a Li: "Una sociedad saludable debería contar con más de una voz". Una crítica al régimen chino, que censura y silencia toda voz discordante.

Otra, en su cuenta de Weibo, ya ha sido censurada: "Sabemos que mienten, ellos saben que mienten, saben que sabemos que mienten, sabemos que saben que nosotros sabemos que mienten... y, aun así, mienten".

En el momento de publicar este texto, la indignación corría sin freno por las redes sociales chinas y millones de mensajes con imágenes de velas, informaciones relativas a su muerte recordaban al doctor Li, e incluso retratos artísticos, como el del disidente chino Badiucao, que le caracterizó con una mascarilla bajo la que se puede ver una boca gritando.

Y no ha sido hasta el momento en el que el maremoto de críticas -incluidas algunas de funcionarios chinos y miembros del Partido Comunista- ha sido innavegable, cuando el Gobierno chino se ha decidido a indagar sobre el que probablemente sea el caso más paradigmático de la respuesta del régimen ante la epidemia.

Por eso, la Comisión Central para la Inspección Disciplinaria anunció hoy la decisión de "enviar un equipo a Wuhan para llevar a cabo una investigación sobre los asuntos de los que informan las masas que involucran al doctor Li Wenliang".

Indignación en las redes sociales

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"Se puede reprimir todo menos el dolor", escribió un internauta en la red social Weibo, equivalente a Twitter, horas después de la muerte del doctor Li Wenliang. Su muerte debido al coronavirus, a los 34 años, provocó una gran tristeza e ira en las redes sociales, y el médico se convirtió en héroe nacional, mientras que los responsables locales son criticados y sospechosos de haber querido ocultar la gravedad de la epidemia. Al gobierno se le reprocha que carece de transparencia, al igual que lo que ocurrió en 2002-2003 con la epidemia de SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), que causó cerca de 800 muertes en el mundo, la mayoría de ellas en China. Los chinos solo tienen un tipo de libertad, la que es concedida por el gobierno y el partido comunista", denuncia un internauta. "Pero nosotros debemos ser los dueños de las leyes de este país".

Li Wenliang
HONG KONG. En esta ciudad también se colocaron flores y se le encendieron velas a Li Wenliang.JEROME FAVRE / EFE

El nuevo coronavirus ya causó más de 630 muertes, la gran mayoría en Wuhan y su región, y la etiqueta "Quiero libertad de expresión" se multiplicó en Weibo, antes de sufrir la censura.

Si bien los primeros casos de la misteriosa neumonía aparecieron el 8 de diciembre en Wuhan, los habitantes recién comenzaron a utilizar máscarillas de protección alrededor del 20 de enero, justo antes de la cuarentena de facto de la ciudad.

El 11 de enero se anunció la primera muerte. Unos días antes, el doctor Li tuvo que firmar ante la policía una autocrítica en la que prometía no cometer más "actos contrarios a la ley".

Desde el jueves por la noche, los medios de comunicación públicos anunciaban su muerte, que solo fue confirmado el viernes por la mañana por el hospital central de Wuhan.

Para el politólogo Dali Yang, de la universidad de Chicago, las autoridades probablemente ordenaron un aplazamiento del anuncio oficial "para devolver un poco de esperanza a la ola de emociones" que se apoderó del país.

Si bien en las últimas semanas las autoridades hicieron oídos sordos a algunas críticas contra dirigentes locales, los comentarios publicados desde la muerte del médico atentan directamente contra la naturaleza autoritaria del régimen.

Algunos internautas recuerdan que Wuhan es la cuna de la revolución de 1911, que derrocó al último emperador de China. "El imperio ha estado muerto por más de un siglo. ¿Cómo es posible que sigan ocurriendo estas tragedias?", se pregunta un usuario de Weibo. Pero los censores borran rápidamente muchos de los comentarios.

"Si lo borran lo vuelves a poner. No se puede criminalizar el uso libre de la palabra", recomienda un internauta. En uno de sus últimos mensajes en las redes sociales, el médico fallecido apenas podía moverse y hablar. "No os preocupéis por mí. Voy a seguir el tratamiento y lucharé para salir pronto del hospital", dijo.