En el centro de la crisis. Las repercusiones aún insospechadas que está empezando a experimentar Ecuador, tras la detención de Jorge Glas en la sede diplomática de México en Quito, posan las críticas sobre la canciller ecuatoriana Gabriela Sommerfeld y su trabajo.

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Su permanencia en el Ministerio de Relaciones Exteriores es una decisión que no encuentra consenso en los analistas consultados por este Diario. De hecho, ponen sobre la balanza las implicaciones que tendría cambiar de canciller en medio de la sensible crisis diplomática, agravada por la condena casi unánime del continente y otros países a la actuación del Gobierno ecuatoriano.

Precisamente, la condena de la comunidad internacional al régimen de Daniel Noboa debería motivar la salida de la canciller Sommerfeld del cargo, señala Henry Cucalón, exlegislador y exministro de Gobierno. “Esta crisis donde se ha reconocido la violación de normas y la crítica internacional amerita cambios en la Cancillería. El fiasco en la OEA no puede ser gratuito”, comenta y recuerda que los ministros son fusibles que “protegen al presidente”.

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El “fiasco”, señalado por Cucalón, hace referencia a la condena, ya escrita, casi unánime (Ecuador votó en contra y El Salvador se abstuvo) de la que el país fue objeto en el Consejo Permanente de la OEA, aunque no recibió sanción alguna.

De hecho, sin indicar si la canciller debe o no ser reemplazada, Mauricio Alarcón, director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, señala que esta crisis debería ser considerada en la evaluación de resultados que el presidente Daniel Noboa ha dicho tener con su gabinete.

Sin embargo, la salida de Sommerfeld debió ser mucho antes, cuando Ecuador pretendía entregar armamento ruso a Estados Unidos como chatarra, sostiene Giuseppe Cabrera, analista político. Además, alerta que este cambio es más urgente ahora para evitar una mayor escalada de la crisis diplomática.

Reemplazar a la canciller Sommerfeld, un debate sobre la mesa

“(Reemplazar a Sommerfeld) podrá significar un contexto más favorable para recomponer las relaciones con México”, acota Cabrera e incluso señala que, internamente, podría ser una estrategia política para el presidente Noboa para que la posible destitución de la canciller Gabriela Sommerfeld no salpique a su gobierno.

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Cabrera también destaca que la gestión de Sommerfeld, entre otros ministros, grafica el poco margen de improvisación que tenía el presidente Noboa para su corto período de gobierno. “Ubicar a un canciller de carrera, que sea respetado por la comunidad internacional, puede ser lo mejor”, sostiene.

A diferencia de Cucalón y Cabrera, el excanciller Luis Gallegos considera que el meollo de la crisis diplomática no se centra en la permanencia o no de Sommerfeld, sino de qué estrategias adoptará el Ecuador para enfrentar la condena internacional y la búsqueda de sanciones impulsada por México.

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“En este momento, el problema central es que tenemos un adversario como México, que está buscando sanciones para Ecuador. Como funcionario de carrera, creo que las autoridades políticas deben dejarse asesorar por gente que tenga experiencia y permita afrontar este problema”, acota Gallegos.

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