A pesar de que nunca fue inaugurado el Mercado del Río, ya entró en funcionamiento esta semana. Uno a uno los comerciantes de legumbres, mariscos, cárnicos, pollo, frutas y comida preparada, que han estado por más de 40 años en las calles céntricas de Quevedo, ingresaron al mercado.

Fue construido por la empresa guayaquileña Etinar, donde se ubicaba el anterior mercado central, en las calles Malecón Eloy Alfaro, desde la calle Séptima hasta la Undécima. Hubo fallidos intentos, pero luego de un acuerdo entre vendedores y entes municipales, por medio de la intervención de un Centro de Mediación y Solución de Conflictos de la Universidad Técnica Estatal de Quevedo y la suscripción de un acta, ingresaron esta semana, a pesar de que no están del todo contentos.

Los pequeños espacios de sus locales, estar en la planta alta, ventilación y seguridad son algunos de los reclamos constantes de los vendedores a las autoridades municipales.

Se llegó a un acuerdo con la Empresa Municipal de Mercados, que se compromete a colocar un pasamano en las escaleras de ingreso a la puerta principal e instalar ventilación interior.

La Comisaría Municipal mantendrá despejada de vendedores informales las calles de los alrededores y los comerciantes formales no pueden exhibir sus productos en los portales, de acuerdo a lo que determina la Ley de Ordenanza Especial.

Esta obra empezó su construcción en abril del 2011, en la anterior administración municipal. Tuvo varias modificaciones en su diseño y aumento de volumen, por lo que se postergó su culminación.

Para poder trabajar en el mercado los comerciantes fueron censados. En el sorteo solo participaron los informales que fueron registrados en años anteriores. Con estos datos se hizo el proyecto y se construyó el Mercado del Río.

Tiene dos bloques al cual pueden ingresar 376 comerciantes de nueve asociaciones; en un área van 136 y en la otra 240. Hay un ascensor y vista panorámica al río.