Y dijo Dios hágase la Luz del mundo y nació Jesús en un corral de animales; este hecho no fue anunciado a las cúpulas civiles o religiosas sino a unos humildes pastores con olor a estiércol de oveja; sin tratar de verificar primero (para salir de dudas) si las profecías eran ciertas, ellos fueron a adorarlo; esa es la fe, creer (como niños) sin pruebas ni evidencias. Dios nos amó tanto que envió a su hijo para que todo aquel que pueda seguir sus enseñanzas cambie el rumbo de su vida a lo positivo y entre en un proceso de transformación mental que mejora sus relaciones familiares y sociales. Dejemos que Su Luz se haga también en nosotros para que nuestro camino sea iluminado por ella.

Miguel Ulloa Paredes