En una camioneta llegaron la mañana del 2 de febrero los cuerpos sin vida de Lady Guillén Ortiz y su hija, Kazumi Torres, de dos años, hasta la ciudadela 25 de Mayo del cantón Puebloviejo, en el centro de la provincia de Los Ríos. El vehículo avanzó lentamente hasta los exteriores de la vivienda donde ambas vivían, donde aguardaban sus familiares y amigos.

El llanto del padre de la mujer y abuelo de la niña, Jorge Guillén, terminó con el silencio que reinaba en el lugar hasta segundos antes de la llegada de los féretros y su inmediato ingreso al humilde inmueble.

Ambas son parte de los 25 muertos que dejó el aluvión registrado la tarde del lunes 31 de enero, en el sector La Gasca, de Quito. Cuando ocurrió la tragedia, Lady Guillén, de 31 años, tenía cinco días de haber llegado a Quito en busca de un trabajo que no logró concretar. Por ello, la tarde de la desgracia le había pedido a su amigo Robinson Bajaña, que las vaya a recoger para ir a la terminal terrestre de la capital y embarcarse de regreso a Puebloviejo.

Bajaña, quien estuvo el miércoles en velorio, señaló que mientras él las fue a buscar a la vivienda empezó a bajar el lodo. “Ella ingresó a la casa con la bebe pensando que iba a estar segura ahí pero el alivio arrasó con todo. Fue horrible, no se lo deseo a nadie”. relató el hombre.

Jorge Guillén, por su parte, recordó que su hija no se alejaba nunca de la pequeña Kasumi. “Ella era madre soltera y viajó con la niña en busca de nuevas oportunidades. Desde la pandemia se quedó sin empleo y le habían comentado que en Quito podría conseguir trabajo”, relató el progenitor.

El sepelio de ambas víctimas estaba previsto para las 17:00 de este miércoles, en el cementerio del cantón.