Cuidado. El investigador Alex Pazmiño, en el Instituto Nacional de Biodiversidad, expone las muestras de las hormigas que fueron analizadas.

La ‘hormiga loca’ y el mal de la cana

Por primera vez, en Ecuador se reporta la presencia de este animal invasor; se asocia con un insecto que ataca a la planta; y no es todo, es carnívoro y agresivo.

Son carnívoras. Despedazan, cada una con seis dientes, a las presas. Y lo hacen hasta en un minuto. Con movimientos erráticos, atacan en colonia. Son amarillas y miden apenas tres milímetros. Pero su tamaño no importa. Son invasoras... Este no es el tráiler de una película de terror. Las protagonistas, en esta historia, son las ‘hormigas locas’. Y una investigación ha reportado, por primera vez, su presencia en Ecuador.

Su agresividad, por la que se han ganado ese alias, no es lo único que inquieta a los científicos en el país. También su asociación con los áfidos blancos (insectos) que viven en los cultivos de caña de azúcar. Una alianza peligrosa que genera preocupación en el sector azucarero porque ya ha causado “daños considerables” en países vecinos. Aunque, por ahora, los ojos apuntan a la plaga Fusarium Raza 4 del banano.

En la ciencia, su nombre es Nylanderia fulva. Nativa de Paraguay, Brasil y el norte de Argentina, ha viajado miles de kilómetros para invadir EE. UU., Centroamérica, el Caribe e incluso Europa y África. Hay más... En Colombia, en 1998 según el diario El Tiempo, ya se advertía que el animal se había convertido en “plaga sin control”. Y 21 años después, tres investigadores presentan un estudio que confirma la llegada de la especie al país. Y este Diario va detrás de los antecedentes de la ‘hormiga loca’: su travesía y comportamiento.

Todo empieza en febrero de este año. Alex Pazmiño, investigador y entomólogo del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio), fue contactado por Jorge Mendoza, jefe de área del manejo de plagas del Centro de Investigación de la Caña de Azúcar del Ecuador (Cincae), quien había encontrado una asociación entre las hormigas y los áfidos. Fue en el cultivo del Ingenio San Carlos, Marcelino Maridueña, Guayas. Entonces, Pazmiño viajó desde Quito para realizar el estudio. Los análisis arrojaron que se trataba de la Nylanderia. ¡Alerta!

Pero... ¿cómo crean una asociación entre ambas especies? Como pastores con su rebaño. Dice el entomólogo que los áfidos extraen la sabia de la planta y luego excretan esos azúcares. Las hormigas se aprovechan de ello y comen la sustancia llamada ‘Rocío de Miel’. No queda ahí. A cambio, las invasoras los cuidan de los depredadores y parásitos. Incluso los acicalan (se muestra en un vídeo). “Las hormigas inventaron la ganadería”, espeta Pazmiño sobre esta alianza.

Aunque parezca un cuento de animales, esta asociación podría ser bastante perjudicial, ya que los áfidos se siguen reproduciendo, aumenta la población, y, por ende, la plaga. Lo que no ocurriría en condiciones normales. Es decir, sin la ‘hormiga loca’.

Entonces, los áfidos extraen los nutrientes de la planta, esta no genera la cantidad de azúcar necesaria y se convierte en una afectación del cultivo. Un riesgo, sobre todo, si se toma en cuenta que, según el informe (en 2017) del Cincae, la cadena productiva representa uno de los pilares fundamentales del desarrollo agrícola del país, con alrededor del 3,9 % del PIB agrícola.

No solo eso. Pazmiño asegura, desde el laboratorio donde estudia los ejemplares, que la ‘hormiga loca’ podría reducir, como ocurrió en otras regiones, hasta en un 75 % la población de hormigas nativas. Las matan. En sus colonias tienen muchas reinas, no hay competencia entre ellas y, a diferencia de las nativas, no hacen vuelos nupciales, por lo que no se puede detectar cuándo se reproducen. Pese a que gustan del azúcar, sus ojos, grandes y negros, también apuntan a los insectos y animales débiles: ranas, ratones, crías. Los despedazan y con la carne alimentan a las larvas, que en dos o tres semanas serán obreras, machos o reinas.

El investigador comenta que, aunque en febrero se detectó por primera vez esta especie en el país, podría haber estado ya en tierras de la costa desde hace más de diez años. Sin embargo, recién ha empezado a generar problemas. Y el cultivo en el que hallaron a la hormiga está en cuarentena.

El estudio, hecho por Pazmiño, del Inabio; Mendoza, del Cincae; y Gabriel Brito, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, detalla que las especies invasoras son consideradas la segunda causa más importante de pérdida de biodiversidad en el mundo, después de la destrucción del hábitat. Pazmiño reconoce que falta aún mucha investigación acerca de especies invasoras.

El peor remedio

Alex Pazmiño, investigador del Instituto Nacional de Biodiversidad, asegura que no han podido determinar aún de dónde llegó la ‘hormiga loca’ a Ecuador. Pero hay una hipótesis. En Colombia, en 1969, se introdujo a propósito esta especie para combatir las plagas ya existentes: ratas que acababan con la caña de azúcar. Sin embargo, el remedio resultó peor que la enfermedad. Pronto, los animales empezaron a acabar los cultivos y se volvieron una plaga sin control. Y al estar al lado de Ecuador, es posible que hayan viajado hasta el territorio nacional. Dice El Tiempo que la hormiga es mucho más que un insecto que se reproduce a velocidades sorprendentes y que corta plantas de caña, tomate, frijol, maíz o guayaba. Pero más que destruirlas, se asocia con otros insectos (como en Ecuador). ¿Qué han hecho para frenar la plaga? Cuenta Pazmiño que han puesto cebos de carne envenenada. Pero no caen todas. Además, indica que son bastante adaptables.