La coalición CREO-SUMA no tuvo mayores problemas para recoger las firmas de apoyo para iniciar el juicio político al vicepresidente de la República, Jorge Glas. Como publicó EXPRESO ayer, contaría con 56 rúbricas de la oposición.

Pero aún le queda superar otros dos grandes escollos para materializar la interpelación, por “omisión y comisión” en los casos de corrupción de Odebrecht y Petroecuador. El primero es el Consejo de Administración Legislativa (CAL). El segundo es la Corte Constitucional.

En el CAL, el oficialismo tiene la mayoría: de sus siete integrantes, cinco son de PAIS y sus aliados, y dos de la oposición. Esta instancia conocerá y verificará si la petición cumple con los requisitos para el juicio. Es decir, los cargos atribuidos al vicepresidente y las pruebas.

Podrá aceptar o rechazar la solicitud. Si no está completa, por ejemplo, establecerá un plazo de tres días para que esas organizaciones completen el trámite.

Después, la remitirá a la Corte Constitucional que debe emitir un dictamen de admisibilidad. Pero no tiene ningún plazo para ello. El juez ponente tendrá que elaborar un informe borrador y ponerlo a consideración del pleno del organismo.

Para el constitucionalista guayaquileño Jorge Zavala, la estrategia de PAIS puede ser aceptar el juicio, instruir a la Corte Constitucional para su admisión y llevarlo al pleno de la Asamblea. “La mayoría absolverá a Glas para que no queden dudas”, dijo.

El abogado quiteño Milton Castillo tiene otra hipótesis. Los delitos penales contra los implicados en esos casos son por seguridad nacional y las pruebas contra Glas deben ser de la misma naturaleza. “Esa es la trampa de PAIS para no admitir el juicio”, dijo.

“PAIS blindó al segundo mandatario”

La oposición sostiene que el movimiento gobernante blindó al segundo mandatario, Jorge Glas, en todos los espacios. Eso hicieron para evitar su enjuiciamiento político, según Raúl Tello, de Unidos por Pastaza e integrante de la Comisión de Fiscalización.