Carretera. El último túnel ubicado a 60 kilómetros de Baños hasta el Puyo, se llama espíritu de la muerte.

‘Churo Singuna’ siembra el terror en via al Puyo

En ese sector no se escucha ni el canto de las aves. Es hermoso pero a la vez escalofriante. Es un pequeño trayecto de la vía antigua desde Machay al Puyo.

El ambiente se torna tenso, el paisaje rodeado de la espesa y verde vegetación se convierte en lúgubre al llegar a la curva donde se cree habita Churo Singuna, nombre kichwa que quiere decir “espíritu de la muerte”.

En ese sector no se escucha ni el canto de las aves. Es hermoso pero a la vez escalofriante. Es un pequeño trayecto de la vía antigua desde Machay al Puyo. Una curva de apenas 500 metros, que hace más de cien años era considerada como la “curva de la muerte”; algo similar al triángulo de las Bermudas, aseguran los habitantes de Machay, poblado que está ubicado en la parroquia Río Verde, cantón Baños en Tungurahua. “Churo Singuna” sigue en el lugar, advierten.

Machay se encuentra antes de pasar el último de los siete túneles que tiene la vía de 60 kilómetros desde Baños hasta Puyo y que lleva el nombre del misterioso espíritu de la muerte.

Para llegar se pasan los túneles Agoyán 1 y 2, Puerta del Cielo, Río Verde A, Río Verde B, San Jorge y Churo Singuna-Machay que es el más largo de los túneles con 850 metros.

Para llegar al caserío, desde Baños se recorre la zigzagueada carretera pavimentada y acordonada por el cañón del Pastaza. Por seis ocasiones los vehículos se pierden entre las entrañas de la naturaleza y la oscuridad al ingresar a los mencionados túneles. Solo el trayecto de estos es de 22 kilómetros, al final está Machay.

Son apenas 15 familias, todas conocen la historia, parte de las leyendas del sector. Simón Hernández a sus 62 años, dice que su piel se eriza siempre que pasa por el sector. Fuma despacio su cigarrillo, alza su mirada al firmamento y recuerda lo contado por sus abuelos, pero afirma que hasta hace menos de 30 años se daban muchos accidentes por el sector.

En el 2004 recién fue inaugurada la carretera que ahora es la principal, antes los vehículos se desviaban por Machay por un empedrado trayecto.

Hernández asegura que por más de una ocasión acudió al sitio alertado porque algún carro había perdido pista y había rodado los más de cien metros que los lleva directo al caudaloso río Pastaza.

“Parece que las almas de tantos muertos deambulan por el sector. He recorrido de día y de noche pero se siente energía muy cargada y malas vibras. Pero a la vez es un lugar con un paisaje único. El encañonado y el precipicio al Pastaza brindan una vista formidable”, dice el habitante.

Recuerda que más de cinco buses se han accidentado y todos sus ocupantes murieron, sin contar los vehículos pequeños que también han sucumbido por “Churo Singuna”.

Carmen Jerez, lideresa del pueblo Salasaka, aseguró que los espíritus del mal sí existen y es por eso que los indígenas siempre realizan limpias con las bondades que da la Pachamama para alejarlos y atraer el bien.

Cerca quedaba el expenal

Machay es agrícola, turística y ganadera. Antaño sus habitantes debían caminar con sus animales por el sector que en muchas de las ocasiones también caían presa del espíritu de la muerte y se iban al precipicio.

Mónica Silva, otra habitante del sector, recuerda que allá por la década de los 70, al otro lado del Pastaza se creó la colonia El Penal, nombre que fue adoptado porque se construyó el penal García Moreno en el corazón de la montaña, donde solo traían a los presos más sanguinarios. Menciona que era imposible tratar de huir del lugar por lo peligroso del río. “Quienes trataban de huir eran asesinados y los arrojaban al río o los pocos que lograban pasar el río, al llegar a la curva de ‘Churo Singuna’ morían. Los accidentes han cesado por el sector desde el 2004 que se inauguró la vía principal, pero les preocupa que en muchas de las ocasiones lleguen delincuentes al sector.