“Moldear cada dia la vida de un hijo es ayudarlo a encontrar el camino correcto”

Es verdad que los padres y maestros debemos corregir y educar poniendo el ejemplo.

Es un poco difícil porque en un mundo en que el éxito económico desvalora la enseñanza de las virtudes, no ayuda para que se forme a los hijos por la senda de la rectitud humana. A propósito del día del padre hay que reconocer que se habla mucho sobre la autoridad en la familia.

Los hijos son los primeros que se benefician cuando esa autoridad es correctamente ejercitada.

El buen padre debe tener actitudes responsables de generosidad y autoridad moral.

Un principio importante es que a los hijos se los escuche con atención y así demostrarles que les interesa su vida.

Permitan a sus hijos a ayudar a tomar ciertas decisiones, amarlos incondicionalmente y tener paciencia como Dios hace con nosotros. Los padres recuerden que Dios creó el Universo en orden. Hay un principio que dice: Dios es la cabeza de Cristo. Cristo es la cabeza del varón. Así como el varón es cabeza de la mujer. Cabeza quiere decir autoridad. Cuando un padre respeta este orden y cumple la palabra de Dios, funcionará mejor su autoridad en la familia y sus hijos crecerán con disciplina. Formación y vida cristiana práctica tienen que ir íntimamente compenetradas lo que hace que se respire un aire moral en ese hogar. Moldear cada día la vida de un hijo es ayudarlo a encontrar el camino correcto.

Martha Reclat de Ortiz