No es bueno burlarse de la desgracia ajena pero hay excepciones. Vaya un mea culpa por la satisfacción que sentimos al mirar las vicisitudes de Rafael Correa y del círculo rosa en su vano intento por defender la reelección indefinida.

Señor Director, el masivo intercambio de caricaturas y memes en las redes sociales retratan los avatares del correísmo que, a su pesar, ve cómo cada día llueven las denuncias de corrupción de sus camaradas.

Para el líder todo esto no es más que una infamia, habida cuenta que el excontralor Carlos Pólit, hombre de probidad notoria, ya auditó los actos de su Gobierno. ¡Inobjetable! Debemos reconocer que todavía no llegan denuncias concretas al líder, pero algunos hombres de poca fe dudan de su inocencia.

Pero entonces ¿Cómo pudo ignorar la fabulosa prosperidad de sus hombres de confianza? ¿Será porque depositaban el dinero en sendos paraísos fiscales, como cualquier multimillonario que se respete?

Sea lo que fuere, lo único que nos queda es la esperanza de adquirir la casita del expresidente de la República, de 258 metros cuadrados, por el monto del avalúo original (2.700 dólares) y a crédito.

Le damos la razón a Abraham Lincoln: “...no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”.

Hugo Romo C.