El ministro tira la piedra, pero no esconde la mano. Javier Ponce sabe que, aunque genere polémica en el Ecuador, hay que discutir el entorno de los productos genéticamente modificados. En una larga conversación con EXPRESO, el experiodista de diario Hoy aborda temas que van desde la migración campo-ciudad, hasta el contrabando.

En el caso de las semillas genéticamente modificadas, el presidente dijo que había una ventana abierta. La Constitución misma la abre.

Es un criterio polémico que puede provocar polémica porque hay posiciones muy encontradas, muy radicales. Procuro más bien tener una posición intermedia: hay que investigar en materia de transgénicos, no creo que la Constitución, en la lectura correcta, prohíba su investigación.

En el mundo esto avanza. En Brasil, las semillas de maíz vienen curadas contra langostas.

Nosotros trabajamos en procurar la investigación de tres productos: soya, algodón y maíz. Los procesos tienen su tiempo. Hay que tener clara la responsabilidad y transparencia en cuanto a la aplicación de transgénicos de acuerdo con las características y las condiciones del país, suelo, prácticas culturales.

Habló usted del algodón, ¿cuál es el trabajo concreto?

Estamos impulsando ya, a través del Iniap, la investigación de los transgénicos.

¿Está en camino?

Es reciente, pero está encaminado el tema.

¿Cuánto tiempo tardará?

En menos de dos años no podrá ser, hay que probarlo bien y responsablemente.

El ministro habla de transgénicos, pero también de que, sin ellos, Ecuador ha mejorado sustancialmente los rendimientos de maíz, arroz, cacao.

¿Qué considera usted que es lo mejor de su gestión?

Lo que se ha conseguido en productividad. De 3,19 pasamos 5,70 toneladas de maíz, en Manabí se están logrando hasta 7 toneladas. Una cosa parecida pasa con el arroz. Un segundo tema es la titulación. Hemos entregado 270 mil títulos en estos cuatro años y vamos a superar los 300 mil. Es importante el permanente diálogo con los sectores y que hemos logrado mantener en este tiempo.

En materia tecnológica el sector privado está dando pasos importantes, como sembrar con máquinas, nivelación láser, uso de drones.

Hay que dar saltos tecnológicos que permitan captar a la población, sobre todo joven. Ese es uno de los puntales que estamos planteando en el plan de desarrollo del sector entre 2015 y 2025, retener al joven en el campo y eso pasa por procesos de transferencia de tierra y también por tecnología, de manera que la rentabilidad de la tierra sea más alta, pasa por convertir a grupos de jóvenes productores en empresas de servicio, mecanización, riego, semillas, con criterio gerencial muy alto.

Esta migración de los jóvenes está en límites peligrosos.

Es posible solucionar el problema. Hemos visto experiencias en donde hemos logrado crear empresas de servicios de mecanización y tenemos como 55 en toda la Sierra. Las están manejando jóvenes que se quedaron en la ruralidad. Hemos capacitado con el IDE a 200 jóvenes.

Hay otros problemas puntuales como el contrabando, han reclamado los productores de cebolla, por ejemplo.

Es un problema exclusivamente de contrabando enorme de la frontera sur, hemos establecido un registro para garantizar cuál es la producción nacional y cuál es de contrabando, que es Conpa (Comprobante de Origen Nacional de Productos). Son productores de cebolla del sur los que comercian con contrabandistas estos permisos de movilización de cosecha, estamos haciendo una actualización del registro o catastro, por si hay casos que tienen que ser reconocidos de altos niveles de productividad.

Con otras frutas... con papa.

Con papa, no. Tenemos problema de contrabando en ganado en pie, huevos, pollos, cerdos en algunos.

Sin Aduana no es posible.

Trabajamos intensamente con el Ministerio de Seguridad, Aduana, Interior, Defensa, Agrocalidad para efectos de actuar conjuntamente y tener un paquete de intervenciones muy intensivas a partir de esta semana en la frontera sur.