
Edgar Lama: una virtual elección en el IESS con conflicto de interés
Análisis| Su posición lo inhabilita para cargos en los que puedan estar en juego los negocios que tiene en el sector salud
Al Gobierno de Daniel Noboa no parece preocuparle ese problema de ética pública que es el conflicto de interés. No pensó que había conflicto de interés, por ejemplo, cuando Noboa consiguió a los días de posesionarse los permisos ambientales necesarios para que la empresa de su esposa construyera un inmueble en una zona protegida en Olón, la playa donde la familia presidencial tiene propiedades. Y ahora que ha designado a Édgar Lama von Buchwald como primero en la terna para representante ante el directorio del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), al presidente tampoco parece haberle preocupado el tema del conflicto de interés.
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En realidad, lo de Lama tenía que haberle preocupado porque ser presidente implica, necesariamente, no sembrar ni la más mínima sombra de duda de un posible conflicto de interés en su Gobierno.
Resulta que Lama es el eventual encargado de tomar las decisiones más importantes del IESS, una vez que asuma el cargo de director si la Asamblea lo escoge de la terna enviada por el Ejecutivo. Y entre las decisiones que deberá tomar el nuevo director están todas las relacionadas con la inmensa deuda que el IESS mantiene con los proveedores privados de salud, gran parte de la cual está sujeta a investigaciones por la serie de irregularidades que se han denunciado.
El conflicto de interés de Lama
¿Qué conflicto de interés podría haber en el nombramiento de Lama? Sencillo: el posible nuevo director, que hasta hace poco fue ministro de Salud, es uno de los herederos del grupo de clínicas y centros médicos que fundó su abuelo Teófilo Lama y que se articuló alrededor de la Clínica Kennedy de Guayaquil.
Y como heredero del grupo, actualmente es propietario de centros médicos a los que el IESS les debe millonarias cuentas. A la empresa Alboteoton, de la que su padre es el principal accionista, el IESS le debe 10’200.000 dólares. Y a otra empresa que está a nombre de Lama von Buchwald, ese organismo le debe un monto mucho más pequeño pero en todo caso significativo.
En conclusión, el virtual director del IESS (y su familia), si es que la Asamblea lo escoge hoy, será acreedor del organismo que va a dirigir. El problema es aún mayor porque está en curso, al menos por el momento, una investigación hecha por el propio Gobierno para determinar si son ciertas las denuncias de deudas falsas que muchas clínicas particulares parecen tener con el IESS.
Las investigaciones a las clínicas que contratan con el IESS
Se investiga, por ejemplo, la posible existencia de decenas de miles de citas y atenciones que nunca se dieron, es decir que son falsas. ¿El propósito? Cobrar por servicios que nunca se prestaron y hacerse con grandes sumas de dinero. No es que toda la deuda está compuesta por estas citas o atenciones fraudulentas, pero hay indicios que dicen que una parte de la deuda responde a esos casos. Y esa es, precisamente, la investigación que está pendiente.
Lama ya fue un caso de conflicto de interés cuando fue nombrado ministro de Salud. Siendo abogado personal de Noboa y sin otro conocimiento sobre administración de hospitales que pertenecer a una dinastía dedicada a los servicios de salud, fue nombrado ministro del ramo, un cargo que le permitía tomar decisiones o influir para que sus empresas se beneficien.
No existen evidencias ni denuncias en contra de Lama por su manejo de esa secretaría de Estado, pero lo correcto habría sido que no fuera nombrado ministro por el simple hecho de que su fortuna está asociada al tema hospitalario.
La fortuna de Lama y su familia
Lama, en efecto, es la tercera generación de dueños de las clínicas del llamado Grupo Hospitalario Kennedy, que fue fundado por su abuelo Teófilo Lama. Ese grupo estaba conformado, de acuerdo con información de su página web, por cinco empresas: Teoton Servicios Médicos S.A.S., que incluye la Clínica Kennedy y la Clínica Kennedy Samborondón; Servicios Hospitalarios S.A. Alboteoton, con la Clínica Kennedy Alborada; el Laboratorio Clínico HCKA S.A.; el Laboratorio Clínico Samborondón HCKS S.A.; además del Centro de Gastroenterología Kennedy S.A. Gastrok.
No hace mucho, este conglomerado fue dividido entre los herederos de Teófilo Lama. Uno de ellos fue Édgar Lama Valverde, que compró parte de la herencia de los otros herederos y es padre de Lama von Buchwald. La separación se produjo luego de 46 años.
Según el portal de la Superintendencia de Compañías, Teoton Servicios Médicos S.A.S. tuvo ingresos por 28,7 millones de dólares en el ejercicio económico de 2023. En el mismo periodo contó con 622 colaboradores, atendió a 5.676 pacientes por hospitalización y 10.325 por emergencia.
Mientras, Servicios Hospitalarios S.A. Alboteoton obtuvo 12,5 millones de dólares en ingresos en 2023. Según una auditoría de una empresa independiente, el 89 % de la cartera que mantienen las empresas Alboteoton y Subsidiarias es con el IESS. Es decir tiene una alta vulnerabilidad ante lo que ocurra con el IESS.
En una entrevista con Forbes, el dueño de esa empresa, Édgar Lama Valverde, padre de Lama von Buchwald, dijo que las atenciones que hace su clínica son en un 50 % derivadas del IESS. En esa misma entrevista dijo que hasta el 2023, el IESS le debía 5 millones de dólares.
Lama von Buchwald puede ser un excelente funcionario y el mejor experto en administración hospitalaria, aunque su profesión sea la de abogado (y abogado del Grupo Noboa), pero su posición lo inhabilita para ocupar cargos en los que puedan estar en juego los negocios que tiene en el sector de la salud. Eso se llama conflicto de interés y es, en efecto, un grave problema de ética pública.
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