El amor por Quito se recupera y no por la intervención de políticos ni autoridades. Los jóvenes parecen interesarse más por los proyectos sociales, económicos y urbanísticos de la capital. Según estudios y encuestas realizadas hasta el año pasado, los quiteños de hasta 25 años son los más positivos con respecto al rumbo que tendrá la ciudad en los próximos años.

Claro que, ese segmento de la población también figura entre los más críticos sobre las cosas que se hacen mal en la urbe. Cuestionan el manejo municipal pero también la actividad de cada ciudadano.

La iniciativa ‘Quito cómo vamos’ -que aglutina a empresa privada, sociedad civil y encuestadoras- señala que el 76 % de los jóvenes entre 16 y 25 años están orgullosos de vivir en la capital. El dato, proporcionado por una encuesta de Cedatos, es el más alto por rango de edad. En comparación, solo el 68,6 % de las personas entre 26 y 45 años y el 66 % de los mayores de 45 años siente el mismo orgullo que los más jóvenes.

La diferencia es aún más evidente cuando se consulta por la satisfacción de vivir en la capital. El rango de hasta 25 años está satisfecho en un 59,3 %. El segundo bloque (26 a 45 años) siente satisfacción en un 50,2 % y el tercer grupo alcanza solo el 43,3 %.

¿A qué responden las cifras positivas? Daniela Chacón, exvicealcaldesa de Quito y promotora de la organización ciudadana, cree que uno de los principales motivos es el espíritu propio de la edad. Los jóvenes son más entusiastas y eso permite que se valore de forma positiva varios indicadores.

Aunque, como en todos los casos, hay excepciones y no todo es positivo. Los jóvenes que alaban las políticas de inclusión y la oportunidad de usar medios de transporte alternativos para reducir la contaminación en la capital también creen que las entidades públicas le quedan debiendo a los ciudadanos. Son especialmente cuestionadores de la Policía Nacional y su trabajo para brindar seguridad en las calles.

Solo el 16 % cree que los uniformados hacen un buen trabajo. En comparación, entre las personas de más de 46 años ese factor supera el 28 %.

El alcalde de Quito, Jorge Yunda, tampoco se salva. En general, sin importar la edad, el 57 % de la población que fue parte de la encuesta no confía en el funcionario. La consulta se realizó antes de que Yunda sea vinculado legalmente en la compra irregular de pruebas para la detección del coronavirus pero ya existían rumores de su participación, porque Lenín Mantilla, exsecretario de Salud del Municipio quien concretó la transacción presuntamente anómala, fue nombrado por el expresentador radial.

Entre los jóvenes, el nivel de desconfianza en la labor del alcalde alcanza el 48 %. Aunque alto, es el número más bajo si se compara con el 58 % del segundo grupo y el 66 % del tercer rango.

Las encuestas, según los titulares de ‘Quito cómo vamos’, permiten tener una lectura de la sensación y percepción de la ciudadanía. El propósito de la iniciativa es brindar insumos para que la administración municipal -y en general, el Estado- tomen medidas en beneficio de la población.