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La seguridad ciudadana en Quito enfrenta dos amenazas

La ciudadanía se niega a denunciar los robos por desconfianza en las autoridades. También hay temor de represalias

La inseguridad genera protestas en Quito.
La inseguridad genera protestas en Quito.henry lapo

La inseguridad llega por dos vías, lo dicen los ciudadanos. Por un lado, hay un creciente número de robos y asaltos violentos en las calles de la capital. Las autoridades reconocen la problemática y aseguran que se coordinan soluciones entre el Gobierno nacional, la Policía y el Municipio de Quito. La semana pasada, explican, se desarrolló el último encuentro interinstitucional para abordar la situación.

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La segunda vía también es alarmante. La ciudadanía no confía en los órganos de seguridad y por eso ni siquiera denuncia cuando es víctima de la delincuencia. Esa apatía dificulta, además de la detención de los ladrones, la cuantificación y registro de los robos y actos peligrosos en la urbe.

Datos de distintas encuestas muestran que los capitalinos no creen que la denuncia de un asalto, por ejemplo, tenga resultados positivos. El trámite es extenso, complejo y no genera mejoras, dicen.

La Encuesta de Percepción Ciudadana de 2020 evidencia, como muestra, que el 56 % de los quiteños cree la probabilidad de que un delito sea sancionado en la ciudad es baja. Apenas un 10 % de los consultados es optimista sobre la sanción y el castigo.

Las denuncias de robos en la capital.
Las denuncias de robos en la capital.expreso

Si la respuesta se fragmenta según el nivel socioeconómico de los encuestados, la respuesta es aún más alarmante. Las familias de estratos altos creen que no hay ninguna posibilidad de sanción a los delitos en la ciudad. Es el segmento más pesimista.

La clase media tradicional también tiene ‘poca fe’ en las autoridades, pero no llega a los números de otros estratos. Según la encuesta, solo el 6 % de este rango apuesta por un resultado positivo.

En los niveles más bajos, la confianza llega hasta el 16 %.

En total, el 39 % de quienes respondieron la encuesta creen que la Policía Nacional y las autoridades locales no hacen nada ante las denuncias y por eso prefieren no presentarlas.

Además de la desconfianza, la falta de denuncias tiene otros factores. El 16 % de la ciudadanía -la muestra tiene un nivel de confianza del 95 %- teme represalias y tiene miedo de las acciones que apliquen los delincuentes o sus cómplices.

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Otro 16 % de personas que fueron víctimas de la delincuencia pero no pusieron una denuncia asegura que el trámite es una pérdida de tiempo con escasos frutos.

Otros segmentos menores atribuyen la falta de acciones al desconocimiento del procedimiento, a que no saben a quién acusar o porque el monto del robo no fue elevado.

Los efectos de esa visión son negativos. Además de no frenar la delincuencia, dicen los expertos, también se genera un subregistro que deja poco margen de acción. Los indicadores de seguridad no son confiables sino existen números reales y registrados de los problemas de convivencia social.