¿Inteligencia o acuerdo? Esto es lo que se sabe de la recaptura de Fito
Medios colombianos afirman que el capo reveló la ubicación de su bunker. El ministro Reimberg dice que “no hubo ningún pacto”
Dos versiones sobre cómo ocurrió la recaptura de José Adolfo Macías Villamar, alias “Fito”, plantean dudas sobre la narrativa oficial.
Para el ministro del Interior, John Reimberg, la detención del líder de Los Choneros fue una “operación quirúrgica”, ejecutada sin disparos ni bajas, y sustentada en técnicas de vigilancia, intervención financiera, presión psicológica y seguimiento electrónico. Según el funcionario, se trató de un trabajo coordinado del Bloque de Seguridad, conformado por la Policía y las Fuerzas Armadas.
En cambio, el medio colombiano Noticias Uno ha difundido una versión distinta. En un reportaje basado en fuentes reservadas, sostiene que alias Fito habría negociado su entrega con el Estado ecuatoriano a través de emisarios policiales, e incluso con la posible mediación de la embajada colombiana.
Según esa narrativa, el líder criminal pactó su entrega luego de que el cerco judicial y policial se estrechara sobre su familia, tras la judicialización del caso conocido como Blanqueo Fito. A cambio, habría solicitado garantías de seguridad para sus allegados, posibles beneficios judiciales o la preservación de ciertos bienes incautados.
El medio colombiano indica que la ubicación del búnker, en Montecristi, cerca de Manta, en la provincia de Manabí, fue revelada por el propio Macías como parte del acuerdo. Como supuestas evidencias presentaron un audio atribuido a Fito, en el que se afirma que incluso sostuvo una videollamada con el ministro Reimberg, y una carta manuscrita, también atribuida al cabecilla, dirigida a María Antonia Velasco Guerrero, embajadora colombiana en Quito.
Ministro desmiente al medio colombiano
“El alias Fito no se entregó, ni hubo ningún pacto. No participó Colombia. Su captura fue una operación 100 % ecuatoriana, ejecutada con precisión y valentía por la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas del Ecuador, basada en amplias labores de inteligencia”, respondió Reimberg. A través de su cuenta en X, añadió que “las versiones de entrega pactada o mediación extranjera desinforman y faltan al esfuerzo institucional que puso fin a tiempo a su peligrosidad”.
La Cancillería de Colombia, en una comunicación remitida al diario EXPRESO, confirmó la existencia de la carta. Señaló que el pasado 9 de junio, a través de la embajadora Velasco y la viceministra Rosa Yolanda Villavicencio, recibió una supuesta comunicación atribuida a Fito, en la que solicitaba la intermediación del Estado colombiano como garante de una eventual entrega, con el fin de evitar su extradición a EE.UU.
Sin embargo, la Cancillería aclaró que no comprobó la autenticidad del manuscrito, ni realizó gestiones ante las autoridades ecuatorianas. “La Cancillería no actúa como garante de narcotraficantes, ni tiene competencia alguna para mediar en este tipo de situaciones”, indicó.
La captura de Fito también ha generado interés en Colombia, aunque no directamente por el capo, sino por la extraña coincidencia de la presencia del presidente colombiano Gustavo Petro en esa misma zona del país días antes del operativo.
Un rol del fiscal, según medio colombiano
El reportaje de Noticias Uno también menciona que el fiscal general del Estado, Wilson Toainga, quien supuestamente habría comenzado a gestionar el traslado de los familiares de Fito días antes del operativo, lo que reforzaría la hipótesis de que existía un proceso de negociación activo. Toainga, no se ha pronunciado. Este Diario envió ayer un pedido de información para conocer su versión. En un proceso de extradicicón, la Fiscalía es quien actúa en representación del país solicitante y e
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