El ser humano puede llegar a ser persona de bien a traves de la educacion

L os momentos que vivimos en el mundo no son nada fáciles; pero con la indignación únicamente tampoco se solventan los problemas, hace falta también comprometerse. Podemos dar todos los consejos que se nos ocurran, ofrecer las mejores enseñanzas como lección, dictar los mejores guiones para restarnos crispación, pero de nada servirán sino se contrae un auténtico compromiso de cambio. Una sociedad avanza hacia lo armónico en la medida que conjugue promoción con crecimiento personal, trabajo e inserción laboral con programas específicos reeducadores. Tan solo el ser humano puede llegar a ser persona, y por ende, ciudadano de bien, a través de la educación. Es evidente que la familia es el primer núcleo de relaciones: la convivencia con el padre, la madre y los hermanos es la plataforma, y nos acompaña siempre en la vida, junto a la escuela, donde hallamos personas diferentes a nosotros y así nos socializamos. Esto me trae a la memoria un proverbio africano muy bello: “Para educar a un hijo se necesita a todo un pueblo”. Ciertamente, para educar a un niño, a un joven, se necesita a mucha gente: familia, maestros, personal no docente, profesores, ¡todos!, ¡toda la sociedad educa!