
El hombre ‘macro’ del microteatro
Hace tres años, Jaime Tamariz, creó un espacio alternativo para ver piezas de corta duración. Su idea se multiplicó en el mundo escénico local.
Jaime Tamariz no considera a los nuevos espacios culturales como su competencia, más bien los ve como sus aliados.
Hace 3 años este actor, director y productor guayaquileño puso en marcha el microteatro, un proyecto escénico que había sido ejecutado en otros países occidentales con éxito. La idea era que el público disfrute de pequeñas obras teatrales de 15 minutos simultáneamente en un solo lugar.
Jaime Tamariz empezó a adecuar las oficinas de su productora en Miraflores para darle vida a una idea que con el pasar del tiempo cobró auge en Guayaquil. Él lo recuerda muy bien. “Nació como algo experimental, con el objetivo de hallar una forma de supervivencia. Mantener un teatro y producir obras es muy difícil, porque se toman tanto tiempo en llevarlas a cabo y la duración es tan poca”.
Pese a sus ganas, estaba convencido de que el tiempo de vida del microteatro iba a extenderse solo a unos cuantos meses, pero ya han pasado tres años y cambiaron la casa vieja de Miraflores por un lugar funcional y de mejor infraestructura en La Bota (malecón del Salado). “Ahora mantenemos una producción constante y estamos más cómodos en cuanto a espacio y en uno de los sitios más hermosos e icónicos de Guayaquil, al que hemos impregnado de cultura”.
Frente al florecimiento de las pequeñas salas de teatro que ha tenido lugar en Guayaquil desde 2016, Jaime sostiene que lo ve como positivo y no como una competencia. “Son mis aliados y faltan más espacios, en una ciudad con tres millones de habitantes para mí es incipiente en términos del impacto que debería tener con la comunidad, es increíble que haya estudiantes que no conocen lo que es un teatro”.
La propuesta son obras de 15 minutos de duración a diferencia de las grandes obras de teatro.
Sostiene que en el proceso está consciente que hay propuestas que presentan mayor calidad que otras, pero eso a él no le importa.
“Resulta interesante porque al final de cuentas, es un sitio de prueba y experimento, no pretendas ver las producciones que hay en el Sánchez Aguilar o en el Teatro Centro de Arte, pero eso no quiere decir que no debas trabajar por la calidad. Hay que tratar de conseguir buenos guiones, buenos directores y buenos actores, no se trata de dar al público cualquier cosa, hay que también darle diversidad, no solo comedia”.
De la cartelera que en menos de cuatro meses ha llenado el Microteatro Gye de La Bota, el director de Cenicienta, nombra a Chicago, Ezequiel, Grace sin Will y 50 tazas de café.
Jaime toma con gratitud el hecho de que su nombre hoy sea sinónimo de buen gusto, credibilidad y respeto, pero cómo es el hombre lejos de las luces y las bambalinas. “Casi todo mi tiempo está volcado al trabajo, incluso los domingos. Salgo por ahí con amigos, pero no soy de fiestas, me gusta estar con mi familia, soy fan de mis cinco sobrinos, que son mis personas favoritas. Alejandro Fajardo es mi pata, pero cuando sale con su novia me quedo en la casa viendo películas (risas)”.
SOBRE CENICIENTA
“Confieso que al principio no me llamaba la atención esta obra porque nunca me ha llamado la atención estas princesas de Disney, pero fíjate lo tomé como un desafío al hacer una adaptación en la que a la mujer de hoy tienes que ver con otra perspectiva. Más allá de que sea dulce
y bonita, tiene que ser valiente, fuerte y con dignidad, que lucha por lo que quiere. Así que tuve que darle un giro, y no solo a ella, sino también al príncipe que para muchos tiene la imagen de un hombre soso y sin personalidad; entonces establecí una conexión que se vea real entre los dos para contar una bonita historia de amor. Que Cenicienta salga de su sufrimiento no depende de los otros, sino de ella: el hada puede darle un vestido maravilloso
y una carroza, pero si ella no cambia su vida por su propia decisión no se consigue nada. El poder está en la protagonista. Realmente es una historia muy dinámica”.
El elenco lo integran Shany Nadan (Cenicienta), Martín Guerrero (el príncipe), Érika Vélez y Carolina Jaume (las hermanastras), Elena Gui (la madrastra) y Claudia Camposano (el hada madrina). La obra se estrenará a mediados de diciembre.
PARA RECORDAR
* Actor, director y productor escénico nacido en Guayaquil.
* Cuenta a su haber con numerosas piezas teatrales, entre ellas El amante, Perros, La gata sobre el tejado caliente, Alguien voló sobre el nido del cuco, El mago de Oz y Pinocho.
PARA SABER:
Prefiere ver: Programas o documentales sobre animales.
Un animal que quisiera ser: Elefante.
Una canción: Dancing on my own.
Una voz: Frank Sinatra.
Un libro: La loca de la casa, de Rosa Montero.
Una obra para ver cien veces: La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca.
Una música: La electrónica.
En su auto no falta: Los soundtracks de las películas.
Un lugar para siempre volver: Punta Blanca.
Un amor para tener presente: El que debemos sentir por los demás.
Un defecto: La intensidad.
Una actriz: Victoria Abril.
Un director: Pedro Almodóvar.
El protagonista de: Rebelde sin causa.
Un plato para devorar: Pasta con pesto.
Un olor: El del ser amado.
Un temor vencido: Al fracaso.