Medios. El ejecutivo Gustavo Boyde se dirige a abordar un helicóptero en la terraza de un hotel en Sao Paulo.

Helicopteros para salvar los atascos en Sao Paulo

Con poco tiempo disponible, gastar dos horas yendo al aeropuerto es un lujo. “Por eso opté por el helicóptero”, dice con la ciudad literalmente a sus pies.

Gustavo Boyde vive en EE. UU. y pasa cuatro días en Sao Paulo durante cada viaje de trabajo. Con poco tiempo disponible, gastar dos horas yendo al aeropuerto es un lujo. “Por eso opté por el helicóptero”, dice con la ciudad literalmente a sus pies.

El tránsito no es noticia en Sao Paulo. Utilizar una aplicación para pedir un helicóptero de forma inmediata, una tarde cualquiera, es la novedad que el servicio Voom promete popularizar de forma progresiva.

La subsidiaria de Airbus inició operaciones en la capital económica de Brasil en abril. El modelo permite pedir un helicóptero con apenas una hora de anticipo. “Nuestro objetivo es que el transporte en helicóptero sea accesible para mucha más gente, que los helicópteros sean vistos como otra opción”, explica Uma Subramanian, directora ejecutiva de Voom.

Quinientas ciudades fueron evaluadas para lanzar el servicio, pero Sao Paulo poseía una combinación de factores insuperable. El estado de Sao Paulo, con 44,8 millones de habitantes (12 millones de ellos en la capital), tiene la mayor infraestructura para helicópteros del mundo. Según la Asociación Nacional de Aviación Civil, posee 528 helipuertos, casi la mitad de los 1.086 del país, y 700 helicópteros registrados (32,8 % de la flota nacional).

“En el escenario actual de retracción del mercado, vemos como positiva” la llegada del servicio, dijo Arthur Fioratti, presidente de la Asociación Brasileña de Pilotos de Helicóptero (Abraphe), que representa a casi 2.000 profesionales. El sector creció entre 2010 y 2013 impulsado por el momento económico positivo, cuando se realizaban 2.000 operaciones diarias en el estado de Sao Paulo, en contraste con las 1.300 de ahora, apunta la Abraphe.

Voom carece de infraestructura de vuelo propia. Funciona con tres operadores de helicópteros y cinco helipuertos del área metropolitana.

A través de una aplicación, el cliente se registra e indica su peso y el de su equipaje. Recibe su tarifa y reserva su vuelo, aunque los viajes pueden cancelarse por causas climáticas.

Recorrer los 30 kilómetros desde el suroeste de la ciudad hasta el aeropuerto internacional de Guarulhos demora nueve minutos y cuesta 480 reales ($ 145). Con un taxi aéreo costaría unos 5.000 reales y debería solicitarse dos días antes.

“Voom entró en mi presupuesto de viaje. Es económico y fácil. Son dos horas que puedo aprovechar para trabajar, lo que es valioso en plazos tan cortos como los míos”, dice Boyde.

Pero este tipo de transporte es considerado elitista. En el deck de un hotel cuatro estrellas en el suroeste de la ciudad no es raro ver pasajeros esperando por su vuelo. Entre seis y diez personas utilizan la pista cada día. En su mayoría son ejecutivos o ciudadanos con alto poder adquisitivo, deseosos de evitar las calles colapsadas.

“Cuando mis amigos ven que viajo en helicóptero al aeropuerto me preguntan si me volví millonario y cuando les digo el valor se sorprenden (...). Creo que cuando la gente sepa lo que cuesta, el servicio se va a expandir mucho más”, opina Lucas Amadeu, un gerente de mercadeo que vive en Sao Paulo y que por su trabajo se ha vuelto cliente de Voom.