Superando el mal hábito de la queja pasiva, vuelta en permanente porque solo hasta allí llega, pareciera que, como en los viejos tiempos, se quiere volver a pasar de las palabras a la acción.

En efecto, cada vez que nos atacaron los piratas, mayor fue la voluntad de construir estructuras para repelerlos. Como sufrimos incendios y las construcciones eran de maderas, organizamos cuerpos de bomberos y como los recursos económicos eran escasos sus miembros eran heroicos voluntarios. Por el estilo, frente a las enfermedades causadas por diversas plagas, organizamos hospitales para atender a los pacientes y, en cada campo que hizo falta, hicimos honor al lema que exorna el frontispicio de nuestro palacio municipal: Grande con el esfuerzo de su propios hijos.

Después, sin que sea oportuno en el presente cañonazo reflexionar sobre las causas, perdimos la brújula del trabajo en conjunto. Un feroz individualismo hizo suya la consigna del “sálvese quien pueda” y el éxito y la condición ciudadana empezó a medirse en concordancia con el volumen de los depósitos en la cuenta bancaria, local o internacional.

Por supuesto, salvo excepciones, los municipios y sus autoridades siguieron intentando hacer lo suyo pero cada vez con menos apoyo institucional y ciudadano.

Por eso es de justicia relievar un nuevo intento de poner en práctica un esfuerzo conjunto. Con la convocatoria del Banco Mundial, la Alcaldía de Guayaquil, la Cámara de Industrias y la Escuela Politécnica del Litoral, los próximos jueves 1 y viernes 2 de diciembre se reunirá un Taller de Liderazgo: Guayaquil, Ciudad Competitiva e Innovadora.

La mencionada actividad es el resultado de múltiples reuniones preparatorias y se espera que a partir del fortalecimiento de los actores locales, en nuestra querida ciudad “se incremente el liderazgo, se promueva la competitividad e innovación local y se construyan alianzas que lleven a la implementación de nuevas iniciativas que permitan un desarrollo económico sostenible de la ciudad”.

Como ven. La agenda es ambiciosa pero, tal cual lo hemos hecho siempre, partimos sabiendo que “juntos podemos”.

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