La primeras damas de la OTAN: el belga Gauthier Destenay (primero de la izquierda superior), marido de Xavier Bettel, el primer ministro de Luxemburgo, se convirtió en el protagonista de la foto de familia.

El G7 reafirma su “unidad” en la lucha antiterrorista

Los líderes de los siete países más industrializados se unieron ayer en Taormina (Italia) para pedir medidas contra el terrorismo en Internet, pese a que no lograron avanzar sobre un tema candente como el cambio climático.

Los líderes de los siete países más industrializados se unieron ayer en Taormina (Italia) para pedir medidas contra el terrorismo en Internet, pese a que no lograron avanzar sobre un tema candente como el cambio climático.

Al término de la primera jornada de reuniones conjuntas y encuentros bilaterales, los líderes de Estados Unidos, Alemania, Francia, Canadá, Italia, Reino Unido y Japón adoptaron una declaración contra el terrorismo tras el atentado del lunes en Mánchester, en Inglaterra, que causó la muerte de 22 personas, entre ellos varios niños y adolescentes.

Los líderes del G7 instaron a las grandes compañías que dominan Internet y las redes sociales a un mayor compromiso para eliminar los contenidos extremistas.

El otro tema de la agenda del G7, más espinoso, es el de la lucha contra el cambio climático. Los líderes del G7 no lograron ayer un consenso porque Estados Unidos está revisando su postura sobre la materia y no tomará una decisión hasta dentro de unas semanas, dijo el primer ministro italiano Paolo Gentiloni.

“La nueva administración estadounidense se ha tomado un tiempo de reflexión sobre el asunto. Los otros países han tomado nota de ello. Por nuestra parte hemos confirmado nuestro total apoyo” al acuerdo firmado en 2015 en París, declaró el primer ministro italiano Paolo Gentiloni en su primera conferencia de prensa.

Según fuentes francesas, los negociadores no pierden la esperanza de convencer a Trump sobre el alcance del pacto mundial logrado en París para reducir las emisiones de carbono.

Por primera vez en más de 40 años de cumbres, cuatro de los participantes, el presidente estadounidense Donald Trump, la primera ministra británica Theresa May, el presidente francés Emmanuel Macron y el italiano Gentiloni debutan en la selecta reunión de las democracias más industrializadas.

“No hay dudas de que es uno de los G7 más difíciles”, adelantó ayer el presidente del Consejo de Europa, Donald Tusk.

Esta cumbre además es considerada como una prueba clave para medir a la nueva administración estadounidense y saber si el presidente Trump implementará sus controvertidas promesas de campaña a favor del proteccionismo económico.

Se trata del otro gran tema que genera discordia. Estados Unidos anunció además que quiere revisar el papel como árbitro de la Organización Mundial de Comercio (OMC), un asunto que va a ser abordado con franqueza, según el consejero económico de la Casa Blanca, Gary Cohn.

La presidencia italiana del G7 también quiere traer al primer plano la situación de África, no solo por su cercanía geográfica, sino también para buscar una salida conjunta a la grave crisis migratoria.

Varias organizaciones ecologistas y antiglobalización intentaban hacerse escuchar ayer por los líderes del G7, con actos pacíficos desde las playas y plazas de las afueras de Taormina, para pedir respuestas justamente sobre el clima y las migraciones.