Focalizar el subsidio
La focalización del subsidio del consumo de los combustibles ha sido pregonada en las últimas cuatro décadas. Cabe preguntarse ¿cómo así no se lo ha puesto en vigencia? La respuesta corta es que de la forma como está concebido, discriminación por usuario, no funciona. Su vigencia constituiría una fuente de distorsiones, de abuso, y del mal nacional: la corrupción.
Petroecuador compra los combustibles que importa el país y pierde la camisa en el negocio de venta de derivados pues, por cada dólar que paga para la adquisición de los productos, recupera entre cincuenta y sesenta centavos. Si no obstante esta advertencia, el propósito es redireccionar el subsidio, la forma de focalizarlo debe basarse en la vigencia universal de precios de mercado, y los recursos recaudados alimentar el patrimonio de un fideicomiso cuyo propósito será el de atacar los problemas de la pobreza. Debe establecerse una estructura liviana pero efectiva de gobernanza del uso de fondos, estructura que represente los intereses de los grupos más vulnerables para definir la agenda de trabajo y rendir las cuentas correspondientes. Cualquier otra fórmula será odiosa, improductiva e inconstitucional.