Antonio Yagual daba los últimos retoques a la tumba de su padre, donde estaba escrito su nombre y foto; pero al igual que todos los años, primero tuvo que emplear unas 3 horas para desbrozar la maleza y sacar la basura que se acumula cerca de una cruz.

Yagual era uno de los cientos de deudos que acudieron al camposanto de Playas este jueves 2 de noviembre y que tuvieron que destinar un poco de tiempo a la limpieza, ya que el comité que maneja el cementerio no lo hace, pese a que los deudos pagan por cada espacio ocupado.

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En la entrada al cementerio, decenas de vendedores de flores ofrecían los ramos entre $ 1 y $ 5, mientras que otro grupo ofertaba la colada morada entre $ 0,50 el vaso, y $ 1,50 la tarrina.

Dentro del cementerio Agapito Chalén pintaba las tumbas nuevas a $ 25, mientras retocaba las que ya habían sido pintadas anteriormente, en $ 5.

El día de los difuntos no solo mueve la economía en el sector turístico, también dinamiza al pequeño comerciante, que en esta fecha ve la oportunidad de ganar un dinero extra. Ese es el caso de Tarcila Criollo, profesora, que en esta fecha se da tiempo para confeccionar coronas y ramos de papel, mientras que sus hijas hacen colada morada para entregarla a domicilio. Las flores las venden en el cementerio: al final del día obtienen unos 200 dólares.

También se cuentan historias, como la de Ángel Gabino Orrala, quien murió a los 93 años. Él era un galán, tuvo 6 hijos que le dieron 60 nietos y murió en 1993, rodeado de algunas damas, cuenta su nieta Carmen Yagual Orrala.

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