Las restricciones no afectan únicamente a las personas. Los centros de atención de fauna silvestre que funcionan en Quito, piden colaboración a los ciudadanos para garantizar la continuidad en la alimentación de los animales.

El Fundación Zoológica del Ecuador, que administra el Zoológico de Guayllabamba, en el norte de la capital, informó que desde el sábado 14 de marzo de 2020 cerró sus puertas para prevenir la propagación del COVID-19 y precautelar la salud de los visitantes.

Esto, sin embargo, acarrea consecuencias porque la gestión de este centro de cuidado y rescate animal se sostiene en gran parte con el valor de las entradas que aportan sus visitantes.

“Necesitamos de tu apoyo para seguir gestionando el abastecimiento de alimento para los animales y atender a los paciente de rescate que en este momento tenemos en la clínica”, señaló la Fundación en un comunicado.

En octubre de 2019 el Zoologico de Guayllabamba también acudió a la ayuda ciudadana para abastecerse de alimentos, debido al paro que fue encabezado por el movimiento indígena y otros sectores sociales. 

Similar inquietud tiene el Vivarium de Quito que, al ser una Organización No Gubernamental (ONG), sostiene su operación gracias a las taquillas que reciben a diario. “Pedimos su apoyo a través de donaciones que permitan seguir cuidando a nuestros animales”, se puede leer en sus redes sociales.

Los animales silvestres, así como los reptiles requieren de un cuidado diario y especial por lo que ambas entidades han programado visitas reducidas de determinado personal y horarios establecidos.

Adicionalmente, el Vivarium activó un diccionario de reptiles y anfibios en el que diariamente se incluirá una nueva especie para que los ciudadanos que están en aislamiento “se conviertan en expertos en herpetofauna”, , hasta que finalice el mismo.

Para tener más información sobre cómo se pueden hacer efectivas las ayudas se puede ingresar a las redes sociales de ambas organizaciones en donde se da mayores detalles.