Este jueves 2 de marzo el Gobierno de los Estados Unidos entregó al Instituto Geofísico equipos de vigilancia volcánica para el monitoreo del volcán Cotopaxi. La ayuda se concretó en un acto oficial al que acudió Michael J. Fitzpatrick, embajador de los Estados Unidos en el Ecuador. 

Se trata de sensores sísmicos para detectar terremotos producidos por el volcán, inclinómetros para medir la deformación del volcán, instrumentos de monitorización de gases para detectar y medir contenidos de dióxido de azufre (SO2) y dióxido de carbono (CO2) en las emisiones e instrumentos para detectar infrasonidos generados por explosiones suaves y fuertes emitidas por la chimenea del volcán Cotopaxi.

En un comunicado la Embajada de Estados Unidos informó que el aporte es parte de un programa de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) en alianza con el Servicio Geológico de los Estados Unidos los que han  proporcionado apoyo técnico a los geólogos ecuatorianos y al Geofísico durante más de 30 años. Eso ha incluido la formación en evaluación de riesgos, desarrollo de sistemas de alerta temprana e instalación y actualización de equipos de vigilancia volcánica.

Los instrumentos se instalarán en los flancos del volcán que, a pesar de encontrarse en un nivel de erupción bajo, podría intensificarse en un futuro próximo y suponer una mayor amenaza para más de 200.000 personas.

El embajador Fitzpatrick dijo que la inversión es un ejemplo más del apoyo de los Estados Unidos en la prevención temprana ante un eventual desastre natural. “Trabajaremos con el Ecuador para estar mejor preparados ante la posibilidad de desastres de origen natural y proteger las vidas de todos”, añadió.

Patricia Mothes indicó que gracias a las contribuciones de los Estados Unidos, el volcán Cotopaxi es probablemente el volcán mejor monitoreado de América Latina y los equipos vigilancia se produce tras un repunte significativo de la actividad volcánica en el Cotopaxi, desde octubre de 2022. Desde esa fecha se han producido emisiones casi diarias de gas, vapor y ceniza con nubes de ceniza de hasta 2.000 metros por encima de su cima y alcanzando al extremo sur de Quito.