Escenifican boda indigena en el campus de la Catolica

La ceremonia de unión en matrimonio de una pareja suele emocionar al borde del llanto a muchas mujeres; en el caso de una boda indígena, el efecto es el mismo, aunque por esta ocasión se trate nada más de una representación. Los estudiantes de la carrera de Comunicación Social de la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, la noche del miércoles, escenificaron una boda indígena otavaleña. El objetivo fue incentivar a los estudiantes en el conocimiento de los rituales ancestrales, entre ellos uno tan importante como esta ceremonia. Previamente, un grupo de tres alumnas de la carrera, Karen Macías, Andrea Muñoz y María Elena Susalema, acudieron a sectores indígenas, intentaron contactar candidatos que pudieran realizar de una forma más realista el papel de novio y novia, pero fue inútil, no hubo quien se prestara para hacer de su ceremonia un acto teatral. Para ellos es un acto sagrado. Las estudiantes contactaron a la agrupación Hilarte, bailarines danzantes que interpretan vivencias ancestrales de las distintas etnias. La boda se realiza en un espacio al aire libre, si la lluvia se presentare en ese momento, no solo que no se suspendería la ceremonia, sino que constituiría una bendición. Se requiere la presencia de madrina y padrino. Al iniciar el programa, los padrinos lavan la cara de los novios, luego la madrina procede a ponerle las joyas que la novia entregó como dote. Los padres del novio asumen los gastos que se generan. El novio, en continuación del acto sagrado, lava los pies de la novia con pétalos de flores, como símbolo de pureza y en forma de demostración de su amor. La novia hace lo mismo (lavada de los pies) y declara fidelidad y respeto a su pareja. Los padrinos entrelazan con arcos de flores a los novios y los declaran marido y mujer. Antes de efectuar la ceremonia ancestral, tienen que estar legalmente casados ante el Registro Civil. (F) RMO