El Gobierno perdió una oportunidad de oro cuando dictaminó la eliminación de subsidios a los combustibles y al diésel (Decreto 883), lo que solucionaba parte de sus problemas financieros por el hueco fiscal que existe. Hubo 12 días de paralizaciones, violencia y vandalismo, y se tuvo que eliminar dicho decreto. Ahora se ha previsto focalizar dichos subsidios. El problema hoy es que no se ponen de acuerdo en la mesa de negociaciones Gobierno y sector indígena, donde tampoco se menciona al resto de sectores que tiene incidencia directa en la economía. El país perdió mucho dinero por estas paralizaciones. ¿Quién pagará esta factura?, ¿se sancionará a los responsables?

Xavier Flores