La segunda vuelta electoral en Ecuador ya tiene sus protagonistas definidos: Luisa González y Daniel Noboa. Sin embargo, detrás de estos candidatos se esconde una historia que plantea dudas sobre el rumbo que el país podría tomar.

En el escenario político actual, Luisa González surge como un ícono de la lealtad correísta. Su designación como representante del movimiento Revolución Ciudadana, junto con el respaldo del expresidente Rafael Correa, la posicionan como una figura que responde a los intereses y planteamientos correístas.

Esto fue evidente cuando inicio a la campaña, la candidata hizo público que el expresidente, sentenciado por el caso Sobornos 2012 – 2016, desempeñaría un papel fundamental como su "principal asesor".

Esta decisión subrayó la influencia que el expresidente podría ejercer en el rumbo de la campaña y, en última instancia, en la dirección que la candidata podría tomar en su búsqueda por la presidencia.

Con un historial que abarca puestos públicos durante la era correísta, su perfil genera cuestionamientos sobre si busca transformar el pasado en futuro.

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En contraste, la entrada de Daniel Noboa, candidato de la alianza ADN, trae una sorpresa inesperada, que podría convertirse en la sombra de la influencia de su padre, Álvaro Noboa Pontón.

Con el historial de su padre como aspirante presidencial en Ecuador por cinco ocasiones, Daniel Noboa tiene el reto de demostrar independencia y una perspectiva original, alejado de las alianzas políticas de su progenitor con exmandatarios como Abdalá Bucaram y Lucio Gutiérrez, lo que plantea dudas sobre su capacidad para distanciarse de los lazos familiares y hallar autenticidad en su propuesta.

A Noboa también se le imputan los conflictos económicos y tributarios que han rodeado a su padre. Las empresas vinculadas a la familia Noboa han sido objeto de controversias debido a las acusaciones de una considerable deuda tributaria.

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Conforme a las leyes vigentes en Ecuador, en caso de que ninguno de los aspirantes presidenciales registrados alcance la mitad de los votos válidos o el 40 % con una ventaja de al menos 10 puntos sobre el segundo candidato, se llevará a cabo una segunda vuelta (balotaje) entre los dos contendientes más votados. Esta segunda instancia está programada para el 15 de octubre, según lo establecido por la normativa electoral del país.