Elecciones: la campaña desempolva viejas estrategias que van al desuso
Fotos abrazando a extraños o comiendo en el mercado vuelven a la carga La nuevas tecnologías de la información se mimetizan con prácticas del pasado
Rostros nuevos, estampas antiguas. Dos aspirantes a la presidencia abrazando a la misma vendedora de jugos de un mercado en Ambato, en momentos distintos, y recibiendo por igual el ‘apoyo’ que podría recibir un tercero si también le llega a abrazar. Imágenes y estrategias que se han usado por años en las campañas electorales y que empiezan a aparecer nuevamente.
Sin embargo, su efectividad comienza a generar dudas. EXPRESO consultó a algunos especialistas en campañas sobre las estrategias que consideran tienen fecha de caducidad y pueden restar más que sumar.
Una campaña caduca es la que no tiene diferenciación. Todos haciendo lo mismo y si todos abrazan a la gente del mercado, comen con los pobres, pasa a ser un absurdo.
“Presentar un candidato muy acartonado, demasiado bien vestido o una candidata que abuse de la bisutería o el maquillaje” es lo primero que suelta el estratega político Jorge León, al ser preguntado sobre lo que ya no funciona en la etapa proselitista.
(Le invitamos a leer: Elecciones 2023: CNE delinea acciones de seguridad y riesgo climático)
“Eso produce una desconexión con el ciudadano que puede sentir que se trata de marcar diferencias sociales. Por eso, la foto de rigor en el mercado busca hacer creer que el candidato es del pueblo, que hace lo mismo que el ciudadano común”. Puede como no puede funcionar, reconoce León.
En una campaña corta como esta, no recomendaría usar como estrategia pegar afiches o lonas porque, además de costoso el desmonte, puede no dar el resultado esperado.
A Magdalena Amaya, de 73 años, por ejemplo, hay algo que le convence por cuál candidato no debe votar: “Por el que empapela las paredes y los postes con su cara. Es una fea costumbre que viene de años y la siguen usando”, lamentó.
(También, puede encontrar: Elecciones: el voto telemático no capta la atención de ecuatorianos en el exterior)
Para el consultor político Alejandro Zavala, esa es una práctica que, además de desagradable, debería entrar en desuso porque hay nuevas herramientas que la pueden suplir. “También, está caduca la tradicional de redes sociales, que es una bitácora del candidato: que estuvo por aquí, a tal hora por allá. Sabemos que están en recorridos, pero queremos saber qué hay realmente de nuevo con ese aspirante”, agregó.
Las tecnologías de la comunicación han evolucionado, pero hasta ahora los aspirantes han hecho lo que tradicionalmente se ha venido haciendo. No hay algo disruptivo.
Una muy querida por los actores políticos es la caminata acompañado con muchos simpatizantes y banderas incluidas o el discurso de tarima que, sin embargo, empezarían a ser innecesarios en lo práctico y lo económico.
“Si armas esa tarima, lo que tendrás como público es alguna que otra gente curiosa y aquellos que están convencidos de darte el voto, es decir, difícilmente vas a conquistar con esa estrategia a alguien. Las banderas no votan y sabemos que son grupos que se activan para que, a cambio de una paga, hagan ese trabajo de activar la campaña, pero no son seguidores reales”, dijo el estratega Gustavo Isch.
