Un problema aún sin salidas. A casi 10 meses del inicio de las mesas de diálogo entre el Gobierno y el movimiento indígena, que buscaban alternativas para focalizar los subsidios a los combustibles, no hay una solución para el problema.

Los subsidios todavía representan una carga pesada para la billetera del Estado. En el primer trimestre de 2023, el gasto ascendió a 819 millones de dólares, según datos del Ministerio de Economía y Finanzas. Con ese monto se podrían construir casi cuatro hospitales iguales al de Los Ceibos de Guayaquil.

Los 819 millones de dólares evidencian una caída del 6,4 % frente al primer trimestre de 2022, de acuerdo a las cifras del MEF. Si bien se ha reducido el gasto en subsidios a gasolinas y gas licuado de petróleo (GLP) o de uso doméstico, el monto destinado al diésel se ha incrementado.

En los primeros tres meses del año el subsidio al diésel pasó de 373 millones a 436 millones de dólares, que implica un aumento del 17 %, comparado con el mismo lapso de 2022.

En los últimos meses el precio de los combustibles se ha elevado muy por encima del precio del petróleo debido a los problemas en las refinerías del mundo. La causa es la mayor demanda de derivados tras la reactivación económica luego de la pandemia de la COVID-19, explicó Oswaldo Erazo, secretario Ejecutivo de la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados del Petróleo (Camddepe).

Esta situación se ha evidenciado más en el costo del diésel, por eso su mayor impacto en los subsidios en el primer trimestre de 2023, explicó Erazo.

De hecho, la situación significó que en enero de 2023, por primera vez en mucho tiempo, la importación de combustibles supere a la exportación de petróleo en $ 14 millones, según datos del Banco Central.

Si bien la situación se revertió en febrero de 2023, la diferencia entre los ingresos por exportación de petróleo e importación de combustibles es de apenas $ 21 millones a favor.

La salida a dejar de gastar en subsidios aún es una interrogante. A finales de marzo de 2023 se realizó la última reunión entre el Gobierno y los representantes de los distribuidores de combustibles para hablar sobre la focalización de subsidios, dijo Erazo.

En ese entonces se habló del uso de una tarjeta de débito con un monto de dinero, útil únicamente en estaciones de servicio para que los beneficiarios puedan acceder a combustibles. No obstante, dijo Erazo, aún queda por identificar cuáles serán los sectores que recibirían ese beneficio.

El Gobierno también tiene en sus planes seguir revisando los subsidios a los combustibles a sectores productivos. El ministro de Economía y Finanzas, Pablo Arosemena, señaló en días pasados, en Washington D.C., que el fisco ha ahorrado 200 millones de dólares tras la eliminación del beneficio a las camaroneras de más de 30 hectáreas.

“Los camaroneros grandes y medianos se acercan a nosotros y nos piden que eliminemos también esa pequeña ventana que la hemos dejado abierta porque eso se presta para el contrabando. Eso será un siguiente paso más adelante”, señaló Arosemena.

La expectativa sobre la rigurosidad que se aplique a esta política de retiro no solo está puesta en el sector camaronero, sino en otras industrias que usan diésel subsidiado como el sector atunero. Y ante esta inminente decisión se empieza a hablar de la necesidad de una compensación fiscal. Una opción que algunos analistas tributarios ven viable. “Esta podría llegar a través de un bono (que permita una mayor deducción de impuestos), pero hay que recordar que cualquier beneficio fiscal requiere de una ley y ahora en la Asamblea no existen las condiciones para ello”, explicó Pablo Guevara, experto tributario. Pero hay un mecanismo que requeriría solo un decreto presidencial: el reformar el reglamento para ampliar la devolución del IVA a toda la cadena de proveedores de la exportación, una medida que ayuda a abaratar costos y a ser mucho más competitivos.

• Eco Plus 89, con poca demanda

El Gobierno introdujo en el mercado local la gasolina Eco Plus 89, que sube o baja de precio cada mes, según los precios internacionales.

La gasolina ofrece más octanaje que la gasolina Extra normal que se vende con subsidio.

El plan piloto, que rige en las provincias de Guayas, Esmeraldas y Los Ríos, ha tenido poco éxito, según los distribuidores de combustibles.

Erazo señaló que actualmente la Eco Plus 89 tiene solo el 1 por 1.000 de todo el mercado de combustibles.

Según Erazo, el consumidor ecuatoriano prefiere el precio bajo de la gasolina Extra normal a más octanaje.

En principio, 90 estaciones de servicio comercializaban la nueva gasolina, pero ahora solo 60 lo hacen, dijo el representante de los distribuidores de combustibles, de manera intermitente.

La falta de incertidumbre fue otro de los factores que incidió en el fracaso del plan implementado por Petroecuador. 

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