
¿Puedo negociar deudas en Ecuador después de que se haya iniciado un proceso legal?
Negociar las deudas es posible aún cuando se inició un proceso judicial
Muchos ciudadanos enfrentan deudas que ya se encuentran en proceso judicial sin saber cómo actuar. Esto los lleva a involucrarse en trámites legales que no comprenden del todo o a asumir pagos elevados por intereses acumulados, simplemente por desconocimiento.
En Ecuador, incluso cuando una deuda ha llegado a instancias judiciales, todavía es posible negociar. No obstante, hacerlo en esta etapa implica partir desde una posición desfavorable: el proceso ya está en curso, los intereses siguen acumulándose y las condiciones suelen ser menos flexibles, especialmente si el deudor posee bienes susceptibles de embargo o remate.
Negociación de la deuda
Adrián Ozaeta, abogado especializado en coactivas y procesos administrativos, indica que mientras más temprano se intente un acuerdo, mejores son las condiciones. Sin embargo, aún en las fases más avanzadas del proceso, e incluso antes del remate de bienes, es posible llegar a un entendimiento con la institución financiera, siempre y cuando esté dispuesta a ceder.
“El punto es hacerle ver al acreedor cuál es la verdadera capacidad de pago. No se trata solo de pedir una reducción, sino de demostrar que se quiere pagar y que el acuerdo será sostenible” comenta.
Lo explica con un ejemplo: si alguien propone pagar $100 mensuales durante tres años, pero el monto de la deuda no se reduce de manera realista, la propuesta podría ser rechazada. “Hay que hacer un esfuerzo, el proceso sigue corriendo y los intereses también”, advierte.
En el caso de deudas con organismos privados, la situación puede ser aún más complicada debido a la menor disposición para negociar y la posibilidad de ejecutar medidas como la retención de cuentas bancarias o el embargo de bienes. Por ello, es aconsejable que, en caso de que la negociación directa no dé resultados, el deudor se asesore con un abogado para explorar alternativas y entender en detalle las condiciones impuestas.
En contraste, las instituciones públicas pueden, en ciertos casos, ofrecer soluciones más acordes a la situación económica del deudor, aun cuando también mantienen un rigor en el cumplimiento de las obligaciones. Por ello, es esencial identificar correctamente la institución que emite la notificación y entender las implicaciones de cada tipo de deuda.
Diferencias entre negociar con y sin proceso judicial activo
Cuando la deuda aún no ha escalado a un proceso judicial activo, el deudor puede aprovechar mecanismos formales como la mediación o la firma de un acta transaccional. Estos instrumentos permiten pactar de forma clara y estructurada los plazos, fechas y montos de pago, recordando que en caso de incumplimiento las medidas preventivas se ejecutan de manera inmediata.
Por otro lado, cuando el proceso legal ya está en marcha, la apertura al diálogo dependerá en gran medida de la disposición de la institución y de la urgencia por evitar la ejecución de la deuda. Aunque en ambas situaciones es posible negociar, la ventana de oportunidad es más amplia y flexible en los casos donde el proceso judicial no está activo.
Negociar la deuda en Ecuador, incluso después de haberse iniciado un proceso legal, es posible pero implica enfrentar varios desafíos. La clave radica en la capacidad del deudor para presentar una propuesta realista y de cuánto puede pagar, así como en la disposición de las instituciones para flexibilizar las condiciones.
Si bien el camino es más complejo cuando ya existe un proceso judicial, contar con asesoría legal puede marcar la diferencia para evitar el incremento continuo de intereses y evitar acciones que afecten al patrimonio del deudor.