Lo que para el Gobierno era una buena noticia, ahora también es un obstáculo para que una de sus políticas tenga éxito.

Desde inicios de año, el precio del barril de petróleo se ha incrementado, impulsado por la mayor actividad económica global tras un año marcado por la crisis generada por la pandemia de COVID-19.

Un aumento sostenido del precio del crudo llega tras casi nueve meses de vigencia del sistema de banda de precios a los combustibles, política que le ha permitido al Gobierno reducir los subsidios gradualmente: los costos no pueden fluctuar más allá del 5 %, más o menosen el caso de la extra y ecopaís, y 3 % en el del diésel.

En enero, el barril del crudo West Texas Intermediate (WTI), referencial para Ecuador, se situaba en 47 dólares y ayer fluctuaba sobre los 66 dólares. Si bien un precio más alto del petróleo significa mayores ingresos para el Gobierno, también se traduce en mayores precios de los combustibles.

Diversos sectores hablan de ‘gasolinazo’ y han mencionado que subir el precio de los combustibles afecta a los consumidores, que vienen golpeados por la crisis económica.

El transporte pesado de carga, el transporte público y los propietarios de autos particulares son los afectados directos, aseguró Oswaldo Erazo, secretario ejecutivo de la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados de Petróleo del Ecuador (CAMDDPE). Además, según Erazo, la población en general se vería afectada debido a un posible incremento del precio de diversos productos, lo que se traduciría en mayor inflación. “El mes de febrero se registró una inflación y uno de los componentes principales fue el incremento de la (gasolina) súper y ahora a su vez (el alza de) los cuatro combustibles se traducirá en una inflación en el mes de marzo. El impacto va a ser general”, dijo Erazo.

Desde el jueves la gasolina súper, cuyo precio está liberalizado desde 2018, se incrementó hasta 2,95 dólares el galón, tras estar en febrero en 2,79 dólares. Asimismo, la eco y la extra subieron a 1,83 dólares el galón, después de permanecer en 1,75 dólares durante los últimos diez meses. El diésel subió 3 centavos, hasta 1,40 dólares el galón.

Una opinión distinta tiene José Hidalgo, director de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes), para quien el precio de los combustibles ha aumentado desde julio del año pasado y no ha significado un incremento de precios al consumidor. La inflación se ha mantenido en cifras negativas desde el año pasado, dijo Hidalgo.

“Yo creería que, salvo que haya un incremento en el precio del transporte urbano, no esperaría que el incremento al precio del diésel, que ya lleva varios meses de aumento, afecte la tendencia de los precios al consumidor”, aseguró Hidalgo.

Debido a la caída del precio del petróleo en 2020 y a la aplicación del sistema de banda de precios, el Gobierno destinó cerca de 400 millones de dólares para subsidios, la cifra más baja en 16 años. La cifra equivale a una tercera parte de lo gastado en subvenciones en 2019.