La ONG de derecho medioambiental ClientEarth anunció este 4 de mayo que presentó una disputa legal contra el gigante agrícola estadounidense Cargill por su contribución a la deforestación provocada por la soja y a las violaciones de los derechos humanos en Brasil.

Su queja fue interpuesta el 3 de mayo en Washington ante el Punto Nacional de Contacto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), órgano promotor de las líneas directrices de la OCDE y foro no judicial de asistencia en la resolución de conflictos.

Ese Punto Nacional determinará si la denuncia es admisible y si aporta su mediación a ambas partes.

Cargill tiene unos ingresos anuales de 165.000 millones de dólares y, según ClientEarth, es la primera vez que se enfrenta a acciones legales en EE.UU. relacionadas con su impacto en la deforestación en la selva amazónica, el bosque atlántico y la sabana del Cerrado.

La ONG consideró que la empresa no está vigilando de forma adecuada las grandes cantidades de soja que comercializa, gestiona en los puertos o envía a los mercados globales a la hora de "identificar y eliminar los vínculos con la deforestación y los abusos de los derechos humanos" en Brasil, incumpliendo así sus responsabilidades legales de "debida diligencia".

"La rápida expansión de la producción de soja para alimentación animal en todo el mundo está acercando peligrosamente a las selvas tropicales y sabanas vulnerables de Brasil a puntos de inflexión de los que quizás nunca se recuperen, al tiempo que pone en peligro a las comunidades que dependen de ellos", indicó en el comunicado Laura Dowley, abogada de ClientEarth.

En su opinión, la multinacional estadounidense, al ser uno de los mayores comerciantes que se abastece de Brasil, debería "liderar las mejores prácticas para evitar que la soja vinculada a la deforestación y los abusos a los derechos humanos llene el mercado mundial de alimentos".

La ONG apuntó que se ha vinculado la destrucción de grandes áreas de la Amazonía a la apertura en 2003 del controvertido puerto comercial de Cargill en Santarém, en el estado norteño de Pará, lo que facilitó las exportaciones fuera de la región y abrió vastas áreas de bosques a la producción de soja. La empresa prevé además construir un gran puerto río abajo, en Abaetetuba.

ClientEarth espera de Cargill que divulgue sus políticas actuales en materia de derechos humanos y medio ambiente en Brasil y que adopte las recomendaciones de la OCDE y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre cadenas responsables de suministro.

La participación de ambas partes en la mediación del Punto de Contacto es voluntaria. Cuando este último finalice su evaluación, emitirá un comunicado con los alegatos y podría incluir recomendaciones sobre el cumplimiento de los consejos de la OCDE.