Pese a los problemas de inseguridad, es el lugar con mayor dinamismo en los negocios a escala nacional. Guayas es la provincia que más aporta a la economía ecuatoriana, según los últimos cálculos publicados por el Banco Central del Ecuador (BCE).

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De acuerdo a las cifras de las Cuentas Nacionales Anuales del BCE, Guayas ocupó en 2022 el primer lugar en aporte a la economía de Ecuador, con 34.317 millones de dólares, cifra que representa el 30 % del Producto Interno Bruto (PIB) del país.

Luego de Guayas está Pichincha con 28.591 millones de dólares, que representa el 25 % del PIB nacional. El tercer lugar se lo lleva una provincia del Oriente ecuatoriano. Se trata de Orellana, con 7.188 millones de dólares gracias a la producción petrolera de la zona.

El top 5 lo cierran Manabí, con 5.383 millones de dólares, y Azuay, con 4.883 millones de dólares, de acuerdo a los datos del Banco Central.

¿Cuál es la actividad con más movimiento en el Puerto Principal? El BCE detalla que el comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículos automotores y motocicletas fue el principal rubro de la provincia en 2022, con 6.838 millones de dólares. Las actividades inmobiliarias también son otro puntal para el movimiento económico de Guayas. El segmento generó 3.780 millones de dólares el año pasado.

Además, los datos del Banco Central dan cuenta que la brecha de actividad económica entre Guayas y Pichincha se ha ido aumentando. Por ejemplo, en 2018, el Puerto Principal tenía una actividad económica superior en 1.216 millones de dólares, pero para 2022 esa brecha aumentó a 5.726 millones de dólares.

¿Cuál es la razón? Para el analista económico Christian Idrovo, una de las explicaciones del aumento de la brecha podría explicarse por dos razones. El primero, en el caso de Guayas, las exportaciones de camarón y otros alimentos han tenido una buena racha tras la pandemia de COVID-19. Del otro lado, en el caso de Pichincha, su actividad se ha visto mermada por el ajuste del gasto público, que Ecuador ha debido hacer frente tras los acuerdos suscritos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pichincha, dijo Idrovo, es una provincia que ha dependido del movimiento de recursos gubernamentales y aquello se ha desacelerado en los últimos años.

En el caso del sector inmobiliario, explicó Silverio Durán, el expresidente de la Cámara de la Industria de la Construcción (Camicon), el mismo movimiento del comercio genera los recursos para construir ambiciosos proyectos inmobiliarios. La provincia demanda más infraestructura, como vivienda, oficinas, entre otras construcciones.

El BCE presentó el pasado martes los resultados del movimiento económico por provincias, que incluyó el cambio de año base. Ahora se toma el 2018 como año de referencia para los cálculos y no el 2007, como anteriormente se lo hacía.

El cambio de año base en estadísticas del Banco Central es un ajuste que se realiza para actualizar la referencia temporal utilizada en la medición de diversos indicadores económicos.

Este proceso implica, dijo el BCE, en seleccionar un nuevo año como punto de comparación, generalmente cada ciertos años, con el fin de reflejar con mayor precisión los cambios en la estructura y composición de la economía. Al adoptar un año más reciente como base, se mejora la relevancia de los datos, permitiendo una interpretación más precisa de las tendencias económicas actuales.

Menos pagos de impuestos

Pese a la gran actividad económica de la provincia, el pago de impuestos es inferior a Pichincha, según lo ha reportado el Servicio de Rentas Internas (SRI).

En septiembre pasado, la entidad tributaria presentó el reporte Recaudación Tributaria por Hecho Económico, un estudio que busca determinar con mayor claridad el pago de impuestos por cada provincia.

En el reporte del SRI, con corte a 2022, Pichincha está a la cabeza en Impuesto a la Renta con 6.933 millones de dólares y le sigue Guayas con 5.671 millones de dólares.

Analistas económicos y tributaristas han señalado que ese menor pago de impuestos obedece a dos problemas: la informalidad y la evasión de impuestos.

El gobierno anterior había mencionado que se busca combatir la evasión de impuestos para recaudar más.

Aplicó algunas medidas para identificar “zonas grises” en las cuales se le escapaban los recursos a la entidad tributaria. Se aplicó más rigor a negocios informales o nuevas actividades como negocios digitales o ‘influencers’.

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