Ya no solo para revisar el correo electrónico o redes sociales. Desde hace algunos años los ecuatorianos miran videos en ultra alta definición, juegan videojuegos en línea o realizan trabajos que demandan un Internet de alta velocidad.

Ese comportamiento se acentuó en el mercado local tras la pandemia de COVID-19, que obligó a las personas a realizar sus actividades en casa, como trabajar, estudiar o divertirse, lo cual demandaba un Internet con mayor capacidad, explicó Francisco Balarezo, director ejecutivo de la Asociación Ecuatoriana de Proveedores de Valor Agregado e Internet (Aeprovi) y gerente de Megadatos, empresa que provee Internet a través de la marca Netlife.

En ese contexto, la demanda por el Internet de fibra óptica ha ido creciendo. Actualmente, más del 60 % de la red ecuatoriana para Internet es fibra óptica y se prevé que las empresas que aún ofertan Internet vía cableado de cobre o tecnología híbrida migren a esa infraestructura en su totalidad en los próximos cinco años, dijo Balarezo.

Por ejemplo, Netlife comenzará a ofrecer el servicio de Internet por fibra óptica con una velocidad de 1 giga con un costo que rondará los 70 dólares al mes, aseguró Balarezo.

Un jugador que busca crecer en el mercado de la fibra óptica es Xtrim, que anteriormente operaba como TV Cable, que se dedicaba también a la televisión por cable. Ahora, la firma busca expandirse en los próximos 18 meses y llegar a 500 mil usuarios a escala nacional. María del Carmen Buenaventura, gerente de Marketing de Xtrim, señaló    que actualmente cuentan con unos 250 mil abonados.

La firma cuenta con el 50 % de su red en fibra óptica y la otra mitad es red mixta. En ese contexto, la empresa está migrando a 100 % fibra óptica en ciudades como Guayaquil, Daule, Samborondón, Quito y Cuenca. “Este proyecto prevemos completarlo en los próximos 12 meses”, dijo Buenaventura.

La oferta de Xtrim va desde los 100 a los 1.000 megabytes por segundo, con costos que oscilan entre los 25 y 168 dólares, aproximadamente, y que incluyen paquetes de televisión pagada, en algunos casos.

A la fibra óptica se ha sumado la oferta de Internet satelital. Este año anunció la llegada Starlink, empresa del magnate Elon Musk, que desembarcó en Ecuador en abril pasado, en principio, con disponibilidad en las islas Galápagos.

Ahora, el cliente ya puede encontrar ese servicio en el territorio continental, es decir, en cualquiera de las 23 provincias restantes, de acuerdo a la página web de Starlink. El Ministerio de Telecomunicaciones informó que 15 satélites cubren la conexión de Ecuador.

El kit o equipo del servicio Starlink incluye una pequeña antena que se puede instalar en el techo de una casa, un regulador eléctrico y un ‘router’, parecido a los que ofrecen las operadoras de cable o fibra óptica.

“Los clientes en su región suelen ver velocidades de descarga de alrededor de 70-150    megabit por segundo (mbps)”, asegura la empresa. Además, ofrece, una prueba “sin contratos”, de 30 días.

¿Cuál es el costo de Starlink? El usuario deberá pagar 60 dólares al mes con una transferencia única inicial de 355 dólares para el equipo.

“Lo satelital tiene un nicho específico. Aquellas poblaciones del área rural o tipo Galápagos, que no tienen una conexión de cable submarino con el continente”, señaló Balarezo.

Previo a Starlink, ya operaba HughesNet en Ecuador, otra empresa de origen estadounidense. La firma ofrece paquetes hogar y para pequeños y medianos negocios (pymes). Cuenta con planes mensuales desde los 64.99 hasta los 79.99 dólares. Además, el cliente debe pagar un cargo único de activación de 100 dólares.

Los actores del mercado de Internet también se han movido. En 2020, la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT)dominaba el segmento, con una participación de casi el 40 %. Es decir, de cada 100 usuarios, 40 le pertenecían a la empresa pública. Tres años después la situación ha cambiado. Megadatos o Netlife ahora domina el mercado y cuenta con el 28,2 % de los clientes. Mientras que CNT cayó a 19,1 %.

En palabras de las propias autoridades que han pasado por CNT, la empresa pública no ha tenido un recambio prolijo de las viejas tecnologías a la fibra óptica, por lo que ha perdido ventaja y terreno frente a sus competidores.